Finanzas: razones para seguir optimista
Axel Christensen Director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock
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Axel Christensen
El recientemente fallecido premio Nobel de Economía Daniel Kahneman señalaba acerca del optimismo que “las personas optimistas desempeñan un papel desproporcionado en la configuración de nuestras vidas. Sus decisiones marcan la diferencia; son inventores, empresarios, líderes políticos y militares, no personas comunes y corrientes. Llegaron donde están buscando desafíos y asumiendo riesgos”.
El optimismo también tiene un lugar en las inversiones, sobre todo al momento de asumir riesgos. Esto es aplicable para las actuales condiciones de los mercados financieros.
“El optimismo también tiene un lugar en las inversiones, sobre todo al momento de asumir riesgos. Esto es aplicable para las actuales condiciones de los mercados financieros”.
A medida que comienza el segundo trimestre de 2024, se observa un contexto más favorable a corto plazo para tomar riesgos. La inflación de EEUU ha disminuido desde sus máximos pandémicos y el crecimiento se ha mantenido. Por su parte, las expectativas de crecimiento de utilidades para 2024 de las empresas del S&P 500 se revisó al alza en cerca de 11%, según datos de LSEG. Las perspectivas son aún más altas para empresas tecnológicas que los mercados asocian con la inteligencia artificial (IA).
Además, la Reserva Federal reafirmó su intención de realizar tres recortes de tasas de un cuarto de punto este año, al tiempo que elevó sus pronósticos de crecimiento e inflación. Tras las recientes señales de la Fed, la vara está muy alta para que se ponga en tela de juicio un escenario donde la inflación se acerca al objetivo del 2%, mientras el crecimiento se mantiene.
En este contexto, hace sentido sobreponderar tácticamente (i.e., para los próximos 6 a 12 meses) en acciones estadounidenses. En esto destacan las tecnológicas asociadas a IA, incluso cuando las valorizaciones de algunos nombres parecen haberse disparado. Sin embargo, en buena parte están respaldadas por la mejora de las ganancias, donde se espera que el sector tecnológico llegue a representar la mitad de los resultados del S&P 500 este año, según datos de Bloomberg. Esto ha llevado a una diferencia con respecto a la burbuja de las puntocom que estalló en 2000. El apetito por el riesgo puede ampliarse más allá de la tecnología, a medida que más sectores adopten la IA y la confianza del mercado se vea impulsada por los recientes mensajes de la Fed y la caída generalizada de la inflación.
Asimismo, también es posible ser optimista respecto de la renta variable japonesa, fundamentado en los sólidos resultados empresariales y en la puesta en marcha de las reformas favorables a los inversionistas. Por su parte, la postura de política monetaria del Banco de Japón también apoya a las acciones. El Banco de Japón dejó en claro que poner fin a las tasas negativas tiene que ver con la normalización de la política, no con una preocupación por la inflación, comprometiéndose a limitar alzas en las tasas de largo plazo. Esto refuerza que el instituto emisor nipón actuará con cautela y no saboteará la vuelta a una inflación moderada.
Sin embargo, tomar una visión más optimista no exime de tener conciencia acerca de los riesgos. ¿Qué podría cambiar este entorno más propicio para tomar riesgos? En primer lugar, un cambio en la visión de mercado respecto a la inflación en el camino al objetivo del 2%, por uno donde sigue una montaña rusa que la vuelve a ver subir en 2025. En segundo lugar, que los precios de las acciones se vuelvan más sensibles a las noticias que apunten a presiones sobre los márgenes de las empresas.