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Fernanda García

El verdadero poder de la subsidiariedad

FERNANDA GARCÍA FARO UDD

Por: Fernanda García

Publicado: Lunes 24 de febrero de 2025 a las 04:03 hrs.

Fernanda García

Fernanda García

La subsidiariedad postula que las personas, las familias y los grupos de la sociedad civil son quienes están más y mejor capacitados para resolver sus desafíos vitales. Esta es su propuesta, su núcleo conceptual positivo. De ese núcleo se desprende su dimensión negativa o de contención: la ciudadanía goza de preferencia por sobre el Estado para resolver sus necesidades. Pero a diferencia de la caricatura que dibujan los detractores de la subsidiariedad, la contención estatal es la consecuencia y no el fundamento de su núcleo conceptual. Esta idea es crucial y la realidad, como siempre, es de gran ayuda para ilustrarla.

“La subsidiariedad no persigue prescindir del Estado o reducirlo a su mínima expresión. De hecho, a diferencia del anarquismo y de ciertas formas de libertarianismo, lo necesita”.

El programa “Leer es Poderoso” de la Fundación Familias Primero, permite visualizar el verdadero poder afirmativo de la subsidiariedad. Desde 2023, “Leer es Poderoso”, ha beneficiado a más de cuatro mil niños de sectores vulnerables buscando enfrentar el grave rezago lector escolar. Durante vacaciones, y utilizando metodologías australianas adaptadas especialmente para la realidad chilena, el programa articula la acción de misioneros universitarios y escolares, de la empresa privada, y muy importantemente, de las familias y comunidades a las que pertenecen los niños. Se trata de un programa en desarrollo, abierto a toda persona, comunidad, establecimiento o empresa que quiera sumarse a la iniciativa.

En esencia, estudiantes y tutores capacitados enseñan a leer a los niños, pero siempre sumando a sus madres y padres como tutores activos del programa. En zonas rurales, la comunidad colabora con traslados. La empresa privada por su parte aporta recursos, así como colaciones, útiles y libros indispensables para el proceso de enseñanza. El impacto medido de “Leer es Poderoso” es verdaderamente sorprendente. Así, por ejemplo, en la versión de 2024, el porcentaje de niños que “lee y comprende lo que lee” aumentó del 12% al 27%. El 41% de los participantes que al inicio se encontraba en la categoría “No lee ni escribe o sólo identifica letras” disminuyó a un 25%. Un 68% de los apoderados reportó que sus hijos aprendieron más de lo esperado durante el programa, y un 93% lo recomendaría a otras familias. De este modo, la evidencia muestra que no solo se mejora la lecto escritura de los niños y se transforma la percepción de la lectura como una actividad cercana, sino que además se une a diferentes actores para construir una red de apoyo que impacta vidas y comunidades. Y todo ello ocurre en meses que de otra forma serían “perdidos” desde el punto de vista educativo, lo que es razonable suponer se proyecta positivamente en los meses que siguen a la intervención.

El ejemplo es elocuente: la subsidiariedad no persigue prescindir del Estado o reducirlo a su mínima expresión. De hecho, a diferencia del anarquismo y de ciertas formas de libertarianismo, lo necesita. Primeramente, para garantizar un orden que promueva la autonomía de personas y grupos. Pero muy importantemente, también para actuar con vigor allí donde personas y grupos omiten o fallan actuar por desinterés o incapacidad, en pos del bien personal y colectivo. En esta segunda dimensión, la subsidiariedad no renuncia a su ethos, sino que brillantemente nos recuerda que capacitar y empoderar a personas y grupos, sin victimizarlos, e incorporándolos en la solución de sus problemas, es indispensable para el bienestar social y la eficacia de la propia acción estatal. Un desafío al que todos entonces, estamos siendo convocados hoy.

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