La Unión Europea cumple hoy 63 años como el experimento más exitoso de integración política y económica en la historia de la humanidad. Es una comunidad de leyes y valores, y un área de cooperación y solidaridad. Este 9 de mayo celebramos el nacimiento de la Unión Europea, que vio sus inicios tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, mientras una devastada Europa Occidental buscaba reconstruir su economía. Seis décadas más tarde, la actual Unión Europea con sus 27 Estados Miembros y una población de más de 500 millones de personas es mucho más segura, más próspera, más fuerte y considerablemente más influyente que la original Comunidad Europea del Acero y el Carbón que la vio nacer.
La UE ha profundizado su cooperación política, ha creado un mercado único, ha desarrollado políticas comunes, ha permitido que sus ciudadanos circulen libremente y lanzó una moneda única, el euro, que es compartida hoy por 17 países. El año pasado la UE recibió el Premio Nobel de la Paz por sus logros en la promoción de la democracia, los derechos humanos, la paz y la prosperidad en el continente europeo. Y tenemos una lista de países que esperan unirse a la Unión, tal como lo hará Croacia, país al que daremos la bienvenida como el 28 estado miembro el próximo 1 de julio.
A medida que la UE ha evolucionado, su relación con Chile ha prosperado. Compartimos valores comunes, sobre todo el compromiso con el Estado de derecho, la democracia, el respeto por los derechos humanos y la eliminación de la pobreza.
Como el principal donante mundial en cooperación al desarrollo, la Unión Europea también proveyó más de 160 millones de euros para apoyar el desarrollo social y económico de Chile mediante más de 60 proyectos que se desarrollaron en los últimos veinte años, los que han beneficiado a miles de chilenos y chilenas. Ahora que Chile está tan cerca de convertirse en un país desarrollado, esta relación está cambiando hacia una en que compartimos un interés común por la ciencia, la investigación y la innovación. La asociación entre la UE y Chile, junto a otros, en el lanzamiento de ALMA, el radiotelescopio más grande del mundo hace sólo unos meses es ejemplo de esto. Con un énfasis particular en las nuevas tecnologías, la UE y Chile también trabajan hoy para establecer la primera planta de energía solar concentrada de América Latina en el desierto de Atacama. Esta iniciativa que involucra una inversión de más de 300 millones de euros, proveerá una capacidad superior a los 50 MW.
De igual modo, la UE y Chile trabajan juntos para abordar temas globales como el libre comercio, el cambio climático, la paz y la seguridad. En Bosnia, militares chilenos han trabajado con la UE desde 2004. Y en ese mismo espíritu de colaboración, estamos negociando hoy un acuerdo marco que facilitará la participación de Chile en otras misiones de paz junto con la UE en el mundo. En materia de derechos humanos, trabajamos en el marco de la ONU para establecer una moratoria a la pena de muerte y junto con otros países de América Latina hemos establecido un nuevo Día Internacional de la Niña (11 noviembre). En materia económica, la UE sigue siendo el mayor inversor en Chile y su tercer socio comercial. Desde la puesta en marcha del Acuerdo de Asociación bilateral hace diez años, el comercio ha crecido en más del 135% y ha generado un supéravit de 43 mil millones de euros a favor de Chile.
Hace 63 años el entonces ministro de Asuntos Exteriores francés, Robert Schuman, convocó a las naciones de Europa para que la guerra en ese continente fuese imposible y para que se comprometieran con la paz y la prosperidad a nivel global. Este es el trabajo que debemos continuar hoy. Vamos a seguir trabajando juntos para que los pueblos de todo el mundo puedan alcanzar lo que ya hemos logrado en Europa: democracia, derechos humanos, paz y prosperidad. No nos vamos a dormir en los laureles.