Recreando las condiciones ideales del crecimiento

Erik Haindl

Uno de los desafíos futuros más importantes para el país, es volver a crecer fuertemente en los próximos años, crear empleos, mejorar los niveles de vida, y reducir la extrema pobreza. ¿Cuáles son las condiciones ideales que hay que recrear para que Chile retome su senda de desarrollo?

Si se utilizan las lecciones de la Historia Económica, David Landes en su libro de 1998 “The Wealth and Poverty of Nations: Why Some are so Rich and Some so Poor”, identifica diez prerrequisitos básicos para generar prosperidad en un país.

Estos son: 1) Generar un ambiente que fomente la innovación, la competencia y la emulación; 2) Que la selección de los trabajadores se base en el mérito, la competencia y el desempeño; 3) Que las recompensas financieras de las personas se relacionen con su esfuerzo, conocimiento y capacidad de emprendimiento; 4) Que el conocimiento tecnológico actual mundial permee totalmente a su aparato productivo; 5) Que la educación se extienda a toda la población; 6) Una ausencia total de discriminación basada en criterios irrelevantes (raza, religión, género); 7) Una preferencia sistemática por la racionalidad científica sobre la superstición y la magia; 8) Instituciones políticas y sociales con leyes que protejan la propiedad privada, la libertad personal, y respeto a los contratos; 9) Instituciones que reduzcan el comportamiento oportunista de “rent-seeking”; 10) Proveer un gobierno estable, moderado, honesto, eficiente y democrático, que opera en un marco de reglas públicas y conocidas.

Cada sistema capitalista consiste en una amalgama de instituciones públicas y privadas, que permite cierta diversidad, como se puede ver al comparar las experiencias de EEUU, Europa, Japón y el sudeste asiático. ¡No hay una receta única! Cada país debe encontrar su propio camino. Sin embargo, según Landes, las instituciones deben estar diseñadas para que se cumplan los criterios anteriores, reafirmando el rol de los mercados como asignadores de recursos.

El rol fundamental del Estado debe ser proveer el marco estable de reglas conocidas para que se desarrolle el sector privado, en un contexto de respeto y protección a las personas y al derecho de propiedad. También debe implementar una regulación que

estimule la competencia en todos los mercados, promueva la eficiencia donde existan imperfecciones, y sea subsidiario cuando falte el sector privado. En su función redistributiva, debe generar una red social de apoyo a los sectores más pobres, de tal modo que todas las personas tengan sus necesidades básicas mínimas cubiertas. Por último, debe tener una fuerza policial y de defensa suficientemente grande, para permitir tener un orden público adecuado y resguardar la integridad territorial del país.