El principio de no rebelión contra el punto de partida
Erik Haindl Decano Facultad de Negocios, Ingeniería y Artes Digitales, Universidad Gabriela Mistral
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Erik Haindl
Uno de los principios básicos de la planificación es “el principio de no rebelión contra el punto de partida”. Se pueden trazar los planes que se deseen, pero si parten de un diagnóstico errado con respecto al punto de partida, su fracaso es seguro. Si no se reconoce que se parte desde donde efectivamente se está partiendo, no hay forma de tener éxito en el plan.
En el caso de Chile, tenemos este problema. El FMI en su informe de coyuntura cometió un grueso error de cálculo e indica que el PIB per cápita a precios de paridad (PPP) de Chile es de alrededor de
US$ 23.969. Los políticos han tomado esto como que Chile se encuentra a las puertas del desarrollo, e incluso algunos desubicados han propuesto construir un “Estado Benefactor” con educación, salud y transporte gratuitos. ¡Desafortunadamente el número anterior dista mucho de nuestra realidad!
Si tomamos las cuentas nacionales del Banco Central de Chile en 2016, se obtiene un PIB total de US$ 247 mil millones. Dividido por nuestro número de habitantes nos da un PIB per cápita de US$ 14.175 anuales. Si se le resta el pago neto de factores externos, depreciación y se le suman las transferencias unilaterales, se obtiene un Ingreso Nacional per cápita de US$ 12.231. ¡Este es el verdadero ingreso de Chile! Nuestro ingreso per cápita es la cuarta parte del ingreso per cápita de Estados Unidos y menos de la mitad de los países más atrasados de Europa.
Dos formas de comprobar que el cálculo del FMI está errado son las siguientes:
1) Si al traspasar a precios de EEUU nuestra producción de Bienes y Servicios se obtuviera el valor de US$ 23.969, querría decir que en promedio los precios de dicha nación norteamericana serían un 69% más altos que los precios de Chile. Estados Unidos sería un 69% más caro. Cualquier persona que haya viajado a ese país podrá comprobar que esto es falso.
2) Si se utiliza la metodología de Angus Maddison, partiendo con un PIB per cápita de 400 Geary-Khamis US$ de 1990 en 1810, que es un nivel subdesarrollado (“la más atrasada de las colonias de américa”) y se aplican los ritmos de crecimiento de PIB y población de ahí en adelante, se obtiene alrededor de 9.413 GK US$ de 1990 en 2016. Aplicando el deflactor del PIB de EEUU, entre 1990 y 2016, se obtienen US$ 15.816 de 2016 a PPP. El factor de corrección sería 1,115, en línea con lo reportado por el FMI en años anteriores. Esto indicaría que los precios de Estados Unidos son alrededor de un 11% más altos que los chilenos.
Las nuevas campañas presidenciales harían bien en sincerar el punto de partida. ¡No somos un país rico! Partimos con un PIB per cápita a PPP de menos de US$ 16 mil. Alcanzar a EEUU requiere triplicar nuestro producto per cápita. Esto requiere acelerar fuertemente nuestro ritmo de crecimiento de tendencia. Si mantuviéramos nuestro actual ritmo de crecimiento de tendencia de 3% anual, necesitaríamos 55 años para alcanzar el actual nivel de Estados Unidos.