El séptimo retiro y el autopréstamo
Tomás Flores Economista, Libertad y Desarrollo
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Tomás Flores
Han pasado cerca de dos años desde que se acallaron las voces que pedían retiros de los fondos previsionales y en dicho lapso de tiempo hemos sufrido las consecuencias de esas acciones, tales como el aumento de las tasas de interés de largo plazo y la sustancial batalla del Banco Central para lograr que la inflación vuelva al rango meta.
En ese contexto, un diputado propone un séptimo retiro, esta vez por el 15% del stock ahorrado en la AFP, lo que, si bien es totalmente irracional a la luz del daño que provocaron los retiros anteriores, sí tiene lógica ante el tren de elecciones que se aproxima, en donde todo vale, incluso el populismo más bizarro. Esta propuesta evidentemente ha generado el rechazo de algunos sectores que exhiben la evidencia del daño provocado por los retiros anteriores, pero también está el silencio de eventuales cómplices que podrían sumarse a la propuesta dependiendo de cómo sea evaluada en las encuestas.
“El ministro de Hacienda es crítico de un nuevo retiro, pero al mismo tiempo el proyecto de ley sobre pensiones incluye un autopréstamo que generaría los mismos efectos, en la magnitud respectiva, que los retiros anteriores. ¿Por qué?”
El ministro de Hacienda, por su parte, señaló que “hay siempre la tentación de distintos parlamentarios de volver sobre el tema, pero la ciudadanía se da cuenta que los retiros que hubo en el gobierno anterior tuvieron efectos contraproducentes”. Imposible no estar más de acuerdo con dicha afirmación, pero a su vez sorprende que simultáneamente a dicho juicio, se haya incorporado en el proyecto de ley de pensiones un autopréstamo que generaría los mismos efectos, en la magnitud respectiva, que lo provocado por los retiros anteriores o por el que se propone ahora.
En efecto, en el artículo 88 bis de la iniciativa se indica que los afiliados no pensionados -y que se encuentren a cinco años o más del cumplimiento de la edad legal de pensión- tendrán derecho a realizar retiros en carácter de préstamos con cargo al saldo mantenido en sus cuentas de capitalización individual. Los préstamos podrán realizarse hasta por un monto equivalente al 5% del total ahorrado en dicha cuenta a la fecha de la solicitud, con un monto máximo de 30 UF, equivalente a unos $ 1,1 millones. La devolución del préstamo, que no deberá pagar interés, se efectuará mediante el pago de cuotas calculadas como el 2% de las remuneraciones, lo que implicaría un plazo de pago de algo más de cuatro años.
Si todos los afiliados que cumplen con los requisitos, cerca de cinco millones de personas, solicitan este autopréstamo, podrían ser retirados varios miles de millones de dólares, los cuales probablemente serán destinados mayoritariamente a consumo familiar, con la consiguiente presión de precios, obligando al Banco Central suspender la trayectoria de baja de la TPM, no descartándose que incluso tuviera que comenzar a subir la tasa de interés nuevamente. Asimismo, nuevamente se cercenarán los fondos invertidos en plazos largos, lo cual elevará la tasa de crédito hipotecario y alejará, más aun, la posibilidad de acceder a una casa propia.
Ahora bien, aunque se presenta como un autopréstamo que será devuelto puntualmente, es muy probable que la discusión política debilite paulatinamente las reglas de devolución, produciéndose en la práctica, un compromiso fallido de devolución, con lo cual no sólo se generarán los efectos macroeconómicos señalados, sino que finalmente los afiliados tendrán una pensión adicionalmente más baja. Se supone que el proyecto de ley es para subir las pensiones, entonces, ¿qué hace un retiro de fondos en esta iniciativa?