Múltiples son los análisis que se pueden hacer cuando el gobierno de la Nueva Mayoría ya está llegando a su fin, y tal vez el más evidente es que el crecimiento económico no ha estado entre las prioridades de la actual administración, lo que se ratifica en el hecho de que entre 2014 y 2017 hubo nada menos que tres ministros de Hacienda, en un hecho inédito en la historia del país.
Pero sin duda uno de los principales legados en materia económica ha sido la Reforma Tributaria de 2014. Más impuestos no implican una mayor recaudación. Y esto muy tarde lo aprendieron en el gobierno. A partir de la información del SII, se observa que en 2016 los ingresos tributarios a partir del impuesto a las empresas disminuyeron en 2% anual, pese a que aumentaron los impuestos de 22,5% a 24% en el mismo período, producto de la entrada en vigencia de la Reforma Tributaria. Más aún, si entre 2010 y 2013 el Fisco tuvo una tasa de incremento promedio en los fondos recaudados por impuestos de 15,3%; entre 2014 y 2016 se desplomó a 2,3%.
Otra de las herencias de la administración actual es un mayor gasto público, y el gobierno ha abusado del endeudamiento para poder poner en práctica su agenda de reformas. En los cuatro años de la administración del presidente Piñera, la deuda como porcentaje del PIB promedió 11,1%; mientras que en el periodo 2014-2017 alcanzará un promedio de 19,4% del PIB.
La inversión también ha sido fuertemente afectada. En 2014 la inversión retrocedió 4,8% anual, mientras que en 2015 disminuyó 0,8% en doce meses. En 2016 la inversión volvió a perder terreno, tras contraerse 0,8% anual, y lo peor es que hasta ahora la inversión no muestra señales de recuperación significativa.
En materia laboral el legado tampoco es bueno, en el que destaca la aprobación de una reforma laboral que no refleja la realidad del mercado del trabajo. Ésta sólo ha conseguido pérdidas de productividad y un deterioro sostenido en las expectativas para hacer negocios, y no es difícil pensar que la reforma no tenga impacto en la destrucción de empleos o en la creación de nuevos puestos de trabajo. La gestión del presidente Piñera creó 1.000.000 de empleos en su mandato, mientras que en los últimos cuatro años se observa una sistemática y creciente precarización del mercado laboral, con una marcada dominancia del empleo fiscal por sobre el empleo privado.
El legado económico de la gestión de la Nueva Mayoría no es bueno, y el próximo gobierno tendrá como desafío restaurar la confianza entre el mundo público y el privado, de forma de cimentar las bases para retomar la senda del crecimiento y del progreso económico que tanta falta le hace al país y a su gente.