DF Tax | Repensar el pacto fiscal
Juan Alberto Pizarro, presidente de la Comisión Tributaria del Colegio de Contadores.
La actual situación fiscal muestra niveles de estrechez preocupantes. Con un débil crecimiento económico, un gasto público que crece por sobre las posibilidades de financiamiento, una deuda pública galopante que ya se eleva al 42% del PIB, a solo 3 puntos del límite fijado como prudente por el CFA, el escenario de financiamiento del actual gasto público se torna incierto.
Las señales de deterioro fiscal son evidentes. En el año 2024, bajo la ley 21.683 que promueve la responsabilidad y transparencia en la gestión financiera del Estado, Hacienda se autoimpuso una meta de déficit fiscal de 1,8% del PIB; sin embargo, dicha meta se incumplió de entrada con el déficit extraordinario de 3% del PIB, situación que incluso hubiese sido peor sin la utilización del casi 50% del FEES.
En tales circunstancias, lo que hoy se denomina “pacto por el crecimiento económico, el progreso social y la responsabilidad fiscal”, bajo el nuevo escenario de incertidumbre y riesgo fiscal, debe ser repensado.
Propongo un gran acuerdo que se denomine “Pacto por la responsabilidad fiscal, el crecimiento económico y el progreso social”. Es evidente que, sin responsabilidad fiscal y crecimiento económico, el progreso social es solo una utopía. Es necesario, por tanto, retomar la disciplina fiscal, que hasta el año 2014 nos permitió controlar la deuda pública en niveles menores al 15% del PIB y crecer en las décadas previas en promedio un 5%.
Pues bien, resulta claro que la fórmula de aumentar los impuestos y no poner límites al nivel de gasto público ha demostrado ser una fórmula fracasada. Por un lado, dichas reformas no han recaudado lo esperado, y así se evidencia en el informe de finanzas públicas del 4T 2024, que, tomando solo en consideración las reformas tributarias desde el año 2020, muestra una importante desviación en los ingresos tributarios esperados. De los 3,8 puntos del PIB de recaudación esperados, solo se constata una recaudación de 2,6.
Por otra parte, en su concepción original, el pacto fiscal propuso recaudar 2,7% del PIB, principalmente sustentado en la ley de cumplimiento tributario, crecimiento y aportes del acuerdo SQM/Codelco, recaudación que en el escenario actual es altamente improbable. Con un escenario fiscal más estrecho, débil crecimiento y sin recursos extraordinarios del litio, sencillamente no es una meta de recaudación factible.
En lo esencial, el foco actual debe ser la sostenibilidad fiscal, donde un gran ajuste del gasto público sea parte del acuerdo, por sobre más impuestos distorsionadores. Un escenario factible es avanzar hacia un Pacto Fiscal con una recaudación acotada de 2% del PIB, centrada principalmente en un importante ajuste del gasto público y mayor eficiencia en las políticas públicas, restableciendo el principio de ingresos permanentes para gastos permanentes.
La experiencia internacional respalda que, al momento de enfrentar en forma efectiva el déficit fiscal, el camino no es más impuestos distorsionadores. Así se constata en un estudio del FMI ("Fiscal Consideration: Taking Stock of Success Factors, Impact, and Design", FMI, 17 de marzo de 2023).
Basándose en la experiencia mundial, demuestra que aquellos países que se enfrentan a déficits fiscales y alta deuda logran mejoras sostenidas y duraderas de los déficits y los niveles de deuda en relación con el PIB, principalmente con reducciones en el gasto público ineficiente, que no afecte la inversión pública.
Un efecto similar se genera con los aumentos impositivos menos distorsionadores, como podrían ser los aumentos a nivel de impuestos al consumo en contraposición a aumentos de impuesto a la renta, que afectan la inversión y el crecimiento económico, principal fuente de recursos fiscales.