DF Conexión a China | Inversión china en agro-alimentos
SOFÍA BOZA M. Facultad de Ciencias Agronómicas e Instituto de Estudios Internacionales, U. de Chile
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SOFÍA BOZA M.
China debe alimentar prácticamente a la quinta parte de la población mundial, pero tiene menos de un décimo de las tierras de cultivo y un 6% de los recursos hídricos. En su último Plan Quinquenal, el gobierno chino recoge acciones concretas para garantizar el acceso de sus habitantes a alimentos suficientes. El Plan destaca el riesgo de un déficit severo al 2025 en la disponibilidad de productos básicos clave, como el trigo, el maíz y el arroz, lo cual reconoce podría afectar la estabilidad social. Para poder enfrentar ese escenario, China tiene claro que, además de mejorar su producción nacional, tiene que abrirse.
La estrategia de apertura china para el sector agroalimentario se materializa de manera fundamental en el comercio, pero también en la inversión, incentivada desde hace ya más de una década por sus autoridades. La mayor parte de esta inversión se va a zonas geográficas cercanas a China, como es el caso del sudeste asiático. En general, se da prioridad a lugares con abundancia de recursos naturales, y en los cuales la inversión china se inserta en distintos eslabones de las cadenas de valor. Los lazos de cooperación o diplomáticos se han mostrado, asimismo, como un vínculo facilitador.
Recientemente, China ha expandido sus inversiones en el sector agroalimentario fuera de Asia, con América Latina como uno de sus receptores. Estas inversiones han sido miradas en muchos casos con recelo, a pesar de que su cuantía es aún muy inferior a las que provienen de otros países. El mecanismo de inversión que se ha observado con mayor cautela ha sido sin duda el conocido como land grabbing, consistente en la adquisición de amplias extensiones de tierra cultivable.
No obstante, existen otras fórmulas mediante las cuales se ha canalizado la inversión agroalimentaria de China a América Latina, y que de hecho han tomado un rol prioritario. Un ejemplo es la adquisición de activos empresariales para incrementar la presencia en cadenas productivas y comerciales de interés.
Hasta el momento, la inversión agroalimentaria china en la región se ha concentrado en Brasil y Argentina. En Chile la entrada de inversión china al sector ha sido más discreta. Hace unos años comenzó con la compra de activos en algunas viñas chilenas. No obstante, se observan signos de un cambio de tendencia protagonizados por las cadenas frutícolas en las regiones centrales del país (O´Higgins y Maule, principalmente). Al respecto, recordemos que China es cliente preferente de la fruticultura chilena.
Hoy en día la entrada de inversión china en las cadenas agroalimentarias chilenas es por tanto un fenómeno en alza, que amerita de observación, pero también de desprejuicio. No sería razonable poner especialmente la lupa por su procedencia, como tiende a suceder, sino considerarlas con un trato ecuánime respecto a las inversiones ya existentes o futuras, por ejemplo, norteamericanas o europeas.