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DF Conexión a China | El enigma del crecimiento de China

Joe Leahy© 2024 The Financial Times Ltd.

Por: Joe Leahy© 2024 The Financial Times Ltd. | Publicado: Miércoles 14 de febrero de 2024 a las 04:00 hrs.
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Joe Leahy© 2024 The Financial Times Ltd.

La economía china creció un 5,2% el año pasado, según las estadísticas oficiales del producto interno bruto (PIB). Pero, para muchos empresarios, probablemente no lo pareció por lo que se vio en las calles de Beijing y en otras grandes ciudades el año pasado.

Los restaurantes no estaban concurridos; las tiendas estaban vacías; y había reportes generalizados de que los precios de las propiedades habían caído más de lo que las cifras oficiales indicaban. Rhodium Group, una compañía de investigación, argumentó en diciembre que la mayoría de los indicadores económicos en 2023 sugerían que el crecimiento real era más cercano al 1,5%; había puntos positivos, como la producción de vehículos eléctricos, pero no podían compensar el “malestar general”.

“La divergencia entre los datos oficiales sobre la economía de la superpotencia asiática y otras fuentes se está convirtiendo en un problema para las empresas que operan en el país”.

Para las empresas, la brecha entre estas estimaciones y los datos oficiales sobre la velocidad a la que puede crecer la segunda mayor economía del mundo este año, y en años sucesivos, se ha convertido en un asunto importante para sus planes de expansión global. Una encuesta anual realizada por la Cámara de Comercio Estadounidense en China —o AmCham China— entre sus miembros reveló que algo más de la mitad planeaba aumentar sus inversiones en el país este año, un poco más que el año pasado. Para algo más de una cuarta parte de este grupo, las expectativas de un crecimiento económico más rápido en 2024 fueron un factor importante.

Sin embargo, la cuestión de la medición de ese crecimiento se está politizando cada vez más, conforme Beijing trata de alejarse de la narrativa de las críticas de que su modelo de crecimiento depende excesivamente de la inversión impulsada por el Estado en lugar de por el consumo. En su reciente informe anual sobre China, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que la recuperación pospandémica del país el año pasado fue “moderada”, ya que la propiedad y la debilidad de las exportaciones y de la inversión lastraron el crecimiento. El FMI también pronosticó un crecimiento más lento en 2024.

Esto provocó una indignada respuesta por parte de los funcionarios chinos. El personal del FMI debería proporcionar una “previsión más apropiada” para ayudar a China a “estabilizar” la confianza “en el país y en el extranjero”, decía una declaración de Zhengxin Zhang, el director ejecutivo del FMI para China, que acompañaba al informe del FMI.

Entonces, ¿quién tiene razón? Con un 5,2% interanual, la cifra oficial de crecimiento del PIB de Beijing para 2023 es la más baja en décadas, excluyendo los años pandémicos de 2020 y 2022, pero sigue siendo considerable para una economía de la envergadura y sofisticación de la de China. El problema para la superpotencia, sin embargo, es que podría haberse esperado que el repunte fuera más sólido a partir de 2022, un año en el que los confinamientos por Covid y las rígidas restricciones de los viajes afectaron a las industrias de servicios y a las cadenas de suministro, y agudizaron la desaceleración del sector inmobiliario.

Aunque el crecimiento fue sólido en el primer trimestre de 2023, requirió un creciente apoyo gubernamental a medida que avanzaba el año. El consumo, impulsado por la liberación de la demanda reprimida por los confinamientos, representó la mayor parte del crecimiento en 2023. Sin embargo, la confianza de los consumidores se mantuvo muy por debajo de los niveles prepandémicos hacia finales de año, según el FMI, el cual estimó que la inversión extranjera directa neta también había disminuido a partir de 2022.

La menor confianza empresarial y del mercado se reflejó en los mercados de capitales. El índice bursátil chino CSI 300 ha perdido un 5,5% este año, agravando las caídas en 2023. El índice de referencia ha bajado un 45% desde los máximos de 2021. Y la encuesta de la Cámara de Comercio Estadounidense en China muestra que, aunque la rentabilidad de sus miembros ha mejorado en China desde 2022, la mayoría de las compañías estaban en punto de equilibrio o experimentando pérdidas, sugiriendo aún más un crecimiento menos robusto.

El Gobierno chino insiste en que todo va según lo previsto. Sin embargo, a nivel nacional, ha reprimido las opiniones discrepantes sobre la economía, lo que ha agravado el escepticismo sobre la exactitud de los datos oficiales.

Algunos economistas creen que, al calcular el crecimiento real del PIB a partir de datos nominales, Beijing puede ajustar el deflactor —la medida más amplia de los precios de la economía— para alcanzar sus objetivos. “Algunas estimaciones sugieren que los datos oficiales chinos exageran su PIB en alrededor de un 20%”, escribió Oxford Economics en diciembre.

El FMI prevé un crecimiento del 4,6% en 2024 y alrededor del 3,5% para 2028 debido “a la débil productividad y al envejecimiento de la población”. Estas previsiones coinciden en líneas generales con las expectativas del mercado. Oxford Economics está pronosticando que el crecimiento caerá a alrededor del 3,5% para 2030 y a sólo el 2% para 2040, posiblemente retrasando el día en que la economía china converja con la estadounidense en términos de tamaño.

Zhang, desde el FMI en China, respondió que el país sigue teniendo diversos motores de crecimiento: la población está envejeciendo, pero está más educada; la urbanización tiene más margen de crecimiento; y Beijing está invirtiendo en ciencia y tecnología. “China seguirá siendo el motor vital del crecimiento económico mundial”, insistió Zhang. Las juntas directivas mundiales esperan que tenga razón. Pero la exigencia de que China lo demuestre es cada vez mayor.

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