DF Conexión a China | EEUU conserva la ventaja económica en su rivalidad con China
Martin Wolf© 2023 The Financial Times Ltd.
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Martin Wolf
No hace mucho, “la mayoría de los Gobiernos creían que una mayor integración económica fomentaría la prosperidad a largo plazo. Ahora, la integración se percibe como una fuente de riesgo e inseguridad”. Así presenta Capital Economics, con sede en Londres, un intrigante análisis sobre “la forma de la fracturada economía mundial en 2024”.
La economía y la política siempre interactúan. Hoy en día, sin embargo, la política ha cobrado mayor importancia. Su concepto es, por lo tanto, el de una economía mundial reconfigurada por las tensas relaciones entre Estados Unidos y China.
Capital Economics argumenta que los países pueden dividirse en cinco grupos: EEUU y sus aliados cercanos; los países que se inclinan hacia EEUU; los no alineados; los que se inclinan hacia China; y China y sus aliados cercanos. El primer grupo está formado por EEUU y Canadá, Europa (excepto Hungría), Japón, Australia y Nueva Zelanda. El segundo grupo incluye, sobre todo, a India, pero también a Colombia, México, Marruecos, Turquía y Corea del Sur. El grupo de los no alineados incluye, de manera significativa, a Brasil, Indonesia y Nigeria. El grupo de países que se inclinan hacia China incluye a Argentina (¡cierto, hasta hace unos días!), gran parte de África (incluyendo Sudáfrica), Irak, Kazajstán y, según sugiere Capital Economics, Arabia Saudita. Por último, entre los aliados firmes de China figuran Rusia, Irán y Pakistán.
“Washington y sus aliados siguen siendo más unidos y económicamente poderosos que el grupo de insatisfechos cercanos a Beijing”.
Existe una distinción fundamental entre el primer grupo y todos los demás. Las democracias de altos ingresos comparten valores fundamentales (aunque el que sigan haciéndolo dependerá de los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024). Las demás agrupaciones se definen mucho más por aquello contra lo que están que por aquello a favor de lo que están.
Rusia e Irán son aliados de conveniencia para China, y viceversa. Comparten un enemigo. Pero siguen siendo muy diferentes entre sí. Sin embargo, estas alianzas de conveniencia pueden moldear las relaciones tanto económicas como políticas. El enemigo de mi enemigo puede ser, durante un tiempo, un buen amigo.
A continuación, algunos datos relevantes.
El bloque chino representa la mitad de la superficie terrestre (fuera de la Antártida), en comparación con el 35% del bloque estadounidense. También alberga a una proporción ligeramente mayor de la población mundial (46%, en comparación con el 43%). Pero sigue generando sólo el 27% del producto interno bruto (PIB) mundial, casi todo en la propia China, frente al 67% del bloque estadounidense. Esto se debe, fundamentalmente, a que la mayoría de los países de altos ingresos del mundo se encuentran en este último bloque.
Foto: Reuters
Las formas en que ese equilibrio podría cambiar es que el bloque estadounidense se desintegre, probablemente bajo Donald Trump, o que la economía china crezca más rápido de lo que Capital Economics ahora anticipa. El pesimismo de este último sobre las perspectivas de China puede ser excesivo, pero está lejos de ser absurdo. China se enfrenta, en efecto, a fuertes vientos en contra de un crecimiento elevado durante el próximo cuarto de siglo.
Como era de esperar, el bloque chino es más importante en la industria que en el PIB. Por lo tanto, su participación en la producción industrial mundial fue del 38% en 2022, frente al 55% del bloque estadounidense. Que el bloque chino alcance la igualdad en la industria durante el próximo cuarto de siglo principalmente depende del desempeño de la industria manufacturera india en relación con la china. En agricultura, el bloque chino genera el 49% de la producción, en comparación con el 38% del bloque estadounidense, porque contiene numerosos productores de materias primas.
En 2022, 144 países comerciaron más con China que con EEUU, que era el mayor socio comercial de sólo 60 países. Pero la mitad del comercio mundial de bienes se realizó entre países clasificados como pertenecientes al bloque estadounidense. Esta perspectiva más amplia es realmente útil. Alemania, por ejemplo, se considera el aliado estadounidense con los vínculos comerciales más estrechos con China. Sin embargo, sólo el 11% de su comercio de bienes se realizó con el bloque chino en el segundo trimestre de 2023, mientras que el 86% se realizó con otros países del bloque estadounidense, principalmente sus socios europeos.
En las actividades financieras y los flujos de capital, el bloque estadounidense sigue siendo dominante. Si bien su lugar en la inversión extranjera directa (IED) se ha reducido en el último cuarto de siglo, todavía representaba el 84% del total de la IED por país inversionista y el 87% por país receptor en 2022. Esto se debe a que las corporaciones dominantes del mundo y los destinos de comercio e inversión más atractivos siguen estando dentro de él. Esta brecha no se cerrará bajo Xi Jinping.
Alrededor del 86% de la inversión de cartera mundial también se encuentra dentro del bloque estadounidense y sólo el 2% dentro del bloque chino. La IED entre los bloques estadounidense y chino es tres veces superior a la IED dentro del bloque chino: Rusia e Irán pueden ser aliados de conveniencia de China, pero sólo los insensatos invertirían gran parte de su capital en esos petro-Estados económicamente arruinados. Los inversionistas chinos no son tan insensatos.
Las reservas de divisas aún consisten, predominantemente, de activos denominados en la moneda estadounidense y en las de sus aliados. En el segundo semestre de 2023, éstas representaban el 87% de las reservas de divisas, sólo un poco menos que el 89% de tres años antes. Esto se debe a que sólo estos países suministran activos financieros líquidos a largo plazo. Puede que no sean tan seguros como antes, dado el empleo de sanciones. Pero no existen buenas alternativas. Es muy poco probable que China desee suministrarlos, ya que eso requeriría la liberalización y apertura de sus mercados financieros, incluyendo los mercados de deuda pública china.
Numerosos países desean que EEUU y sus aliados, las potencias dominantes de los dos últimos siglos, sufran una caída. Pero las últimas están más unidas y son más poderosas económicamente que el grupo de insatisfechos de China. El acontecimiento que probablemente cambiaría rápidamente este equilibrio sería la decisión de EEUU de despedazar sus alianzas. Sería uno de los actos de autodestrucción más dramáticos de la historia mundial. El bloque chino tardaría mucho más en superar al estadounidense en todos los aspectos relevantes de peso económico. Puede que nunca lo haga.