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Alto contrasteDesafíos para enfrentar la escasez hídrica
Lorena Schmitt Presidenta Ejecutiva Andess y consejera CPI
La gestión del agua en Chile está en constante evolución para enfrentar desafíos como la escasez hídrica y la necesidad de resiliencia frente a eventos meteorológicos extremos. En el reciente Encuentro Nacional de Vinculación Social (Envis 2025), quedó clara la preocupación por la crisis hídrica y el impacto del cambio climático. Mientras la demanda de agua crece, la oferta disminuye, lo que exige respuestas coordinadas y efectivas.
Es crucial fomentar un cambio cultural respecto al agua, su calidad, la colaboración, la inversión en infraestructura y los efectos del calentamiento global. Este desafío requiere una visión multidimensional, que empuje hacia un enfoque de cuencas y promueva un cambio en la relación con el agua y entre usuarios. Sin colaboración, la mirada sistémica es imposible, y el trabajo conjunto se complica porque la institucionalidad del agua es dispersa y se ve constreñida por límites administrativos.
“Como sociedad, el desafío es garantizar los derechos al agua potable y al saneamiento, adaptándose a nuevas condiciones y fortaleciendo el marco regulatorio con énfasis en el consumo humano”.
La colaboración entre los sectores público y privado juega un rol clave en garantizar el acceso al agua y el saneamiento, derechos humanos fundamentales.
Chile es reconocido globalmente por su gestión de servicios sanitarios. El sector tiene un marco regulatorio exigente que atrajo inversiones de empresas de clase mundial en agua potable y tratamiento de aguas servidas, con inversiones por casi US$ 10 mil millones desde 2000. Esto ha mejorado la calidad de vida de las personas, protegido entornos naturales y fortalecido industrias como la agricultura y el turismo. La estricta supervisión de la Superintendencia de Servicios Sanitarios asegura tarifas razonables y elevados estándares de calidad.
Sin embargo, Chile también es uno de los 16 países más afectados por el cambio climático, lo que exige decisiones responsables, valientes y con visión a largo plazo. Como sociedad, el desafío es garantizar los derechos al agua potable y al saneamiento, adaptándose a nuevas condiciones y fortaleciendo el marco regulatorio con énfasis en el consumo humano sin descuidar nuestras reservas hídricas futuras y las inversiones necesarias.
Las iniciativas para enfrentar la crisis climática son diversas: construcción de nuevas plantas, desarrollo de fuentes alternativas como la desalinización, implementación de planes de reúso y la construcción de reservas de agua. Estas medidas buscan garantizar la resiliencia del sistema ante fenómenos extremos como sequías prolongadas, lluvias intensas, aluviones e incendios forestales, que se han vuelto más frecuentes con el calentamiento global.
En este contexto, resulta urgente discutir los estándares de seguridad en agua potable y saneamiento. La pregunta clave es: ¿qué estándar adoptaremos para garantizar el abastecimiento de agua en un escenario de cambio climático?
El camino hacia una gestión hídrica sostenible y resiliente demanda el esfuerzo conjunto de todos los actores: el Estado, la sociedad civil, la academia, las empresas y las comunidades. Solo con una visión integradora y colaborativa podremos enfrentar los desafíos que el cambio climático nos impone, garantizando el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
