Déficit municipal, otra secuela del Covid-19
Gonzalo Vial Luarte Director ejecutivo Fundación Huella Local
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Gonzalo Vial Luarte
Estas últimas semanas hemos sido testigos, a través de los medios de comunicación, de cómo los alcaldes y representantes de las principales asociaciones municipales del país han llamado al Ejecutivo a apoyar a los gobiernos locales, sobre todo, en lo referido a la preocupante crisis económica y déficit presupuestario que arrastran desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, estimado en un 30%.
La Asociación de Municipalidades Rurales de Chile (Amur), que agrupa a 263 municipios, ha solicitado un fondo solidario al Gobierno. En el caso de la Amur, estiman que han dejado de recibir al menos un 15% de ingresos propios. Algo que en el papel puede parecer una cifra menor, pero considerando el rol que cumplen los municipios rurales en sus territorios, nos preocupa de sobremanera.
Esto se suma a la reunión que sostuvieron representantes de las asociaciones municipales más importantes del país con el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, con el objeto de abordar la falta de inyección de dinero en las comunas solicitando un tercer bono Covid.
Los municipios cumplen un importante rol en el desarrollo territorial y se han visto sobre demandados por la crisis sanitaria. Sumado a la crisis financiera que están atravesando, está la crisis social, en donde también han tenido que responder a la mayor demanda y entregar ayudas a sus vecinos, presionando aún más la necesidad de recursos.
Las asimetrías en el mundo municipal son un problema estructural en Chile, el Fondo Común Municipal es un instrumento que no ha permitido un desarrollo más equilibrado de nuestro territorio. Nos hemos acostumbrado a leer titulares donde se comparan municipios que por cada ciudadano administran más de un millón de pesos de presupuesto, además en comunas de altos ingresos y donde el mercado entrega servicios a los que las personas pueden acceder, mientras otros que con cerca de cien mil pesos deben responder a crecientes necesidades en territorios donde el Estado central y el mercado prácticamente no tienen presencia.
Alcaldes y concejales trabajan administrando escasos recursos para llevar apoyo a miles de familias que han visto mermados sus ingresos, han perdido sus empleos y no pueden pagar sus cuentas de servicios básicos. El llamado es a poner atención a las alertas que han hecho las distintas asociaciones de Municipios para un tercer fondo solidario municipal, pues generar préstamos con intereses es pan para hoy y hambre para mañana.
Junto con ello, debemos poner en marcha un plan de reactivación e inversión pública local post pandemia, que incorpore a los más de 1.500 proyectos de inversión que preparan los equipos municipales y que buscan financiamiento, y así reducir las brechas de equipamiento e infraestructura pública comunal junto con dar un importante impulso a la economía local y nacional.