FED: ni fría ni caliente
Dalibor Eterovic Managing Director TRG Management
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Dalibor Eterovic
La Reserva Federal norteamericana (FED) está encaminada a recortar tasas de interés en su reunión de finales de julio. La pregunta es si serán 50pb o sólo 25pb, dejando bien abierta la posibilidad de más bajas en lo que resta de 2019. El mercado ha venido anticipando esto desde finales del año pasado y hoy tiene incorporados 31pb de baja a finales de mes y un total de 100pb en doce meses.
Pero el contexto macro y político hace que éste no sea un ciclo monetario expansivo cualquiera. Primero, el agresivo nivel de anticipación de recortes de tasas por parte del mercado es consistente sólo con períodos de rápida desaceleración económica. Sin embargo, los datos más débiles que en el primer trimestre no parecen mostrar una economía que se desploma. El mercado del trabajo se mantiene firme y el consumo privado parece estar rebotando, mientras que la inversión y el sector manufacturero se debilitan.
Es por eso que la justificación para la posible mayor expansividad monetaria que han venido entregando los integrantes de la Fed en sus distintas actividades públicas va en línea con un aumento de los riesgos en la economía global, incertidumbre en el comercio internacional y riesgos a la convergencia inflacionaria. Dicho de otro modo, los recortes serian preventivos, más que reactivos. Segundo, cada vez es más difícil obviar la constante presión que el Presidente Donald Trump está poniendo sobre la autoridad monetaria para que baje tasas. Esto sólo ira en aumento en los próximos meses, a medida que nos acerquemos a las elecciones presidenciales en noviembre de 2020.
La desaceleración de la economía norteamericana era previsible. El cortísimo impacto de la rebaja de impuesto estaría quedando atrás y la economía parece estar transitando a su bajo crecimiento de largo plazo, más cercano a 1.5% que al 2.5-3% de los últimos trimestres. Esto es lo que se infiere de los precios de los activos financieros (ver Matheson y Stavrev, 2014), donde se aprecia que la anticipación de la mayor expansividad monetaria desde el año pasado estaría logrando contrarrestar los efectos de la desaceleración de la economía, manteniendo los precios de la bolsa en máximos históricos.
Este escenario de una economía norteamericana ni demasiado caliente ni demasiado fría, pero con bajas tasas de interés (“goldilocks”), es positiva para los activos financieros en economías emergentes ya que debilita el dólar, mejora las condiciones financieras y promueve flujos de capital. Pero hay riesgos importantes. Por una parte, la economía global esta débil y nuevas disrupciones al comercio internacional siguen siendo una posibilidad mientras dure el mandato de Trump. Por otra parte, al actuar de manera preventiva, la Fed podría estar entregando más estimulo monetario que el que la economía requiere, incentivando inestabilidad financiera en el futuro. Y con las elecciones por la Casa Blanca aproximándose rápidamente, estará atada de manos en caso de tener que enmendar el camino.