Superando los desafíos de las empresas familiares
Cristián Lefevre Presidente de EY Chile
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Cristián Lefevre
Contar con un negocio saludable, un crecimiento potencial a largo plazo, una familia cohesionada, y estar orgullosos del legado, es probablemente el ideal de muchas empresas familiares, pero para esto deben superar diversos retos.
Aun cuando las raíces familiares sean profundas, eso no siempre se traduce en generaciones de éxito para una empresa familiar. Sólo un 15% de empresas familiares sobreviven más allá de la segunda generación, según el Family Business Institute. Motivos hay varios y algunos de ellos se vislumbran en el estudio EY Global Family Business Survey 2018, encuesta elaborada a 589 empresas familiares de 23 países, en donde se mencionan los principales desafíos que enfrentan estas empresas en la actualidad, como el ritmo acelerado de la disrupción, los entornos reguladores cambiantes y los constantes cambios en la economía global.
En nuestro país, uno de los retos más importantes de estas organizaciones es que se entiendan a sí mismas como empresas familiares y acepten que tienen que equilibrar, por un lado, el negocio en términos prácticos y, por otro, el componente emocional que involucra la familia.
Lo anterior implica hacerse cargo de la planificación de la sucesión, posiblemente uno los aspectos más complejos y delicados. Las empresas que logran conducir este proceso exitosamente lo hacen abordando la sucesión como un proceso a largo plazo, definiendo claramente quién tiene la responsabilidad de ésta y trabajando constantemente en preparar a la próxima generación para el liderazgo. La inclusión familiar debe tomar en cuenta los intereses y fortalezas de cada miembro para encontrar su lugar en los distintos órganos relacionados con la compañía, no solamente en el negocio central.
En este sentido, el fundador debe tener un papel activo, transmitiendo el espíritu emprendedor y lo que significa asumir el negocio, pero también preparando emocionalmente a su familia.
Otro de las grandes dificultades es contar con mecanismos para que la familia se comunique y esté al tanto de la operación. Puede haber ventanas que se estén cerrando por falta de conocimiento. La comunicación constante es crucial para la unidad familiar y el desarrollo de una visión común, clave para el éxito a largo plazo. Asimismo, es importante generar instancias de diálogo en las que se vayan discutiendo los distintos puntos de vista y resolviendo conflictos. Una forma de adelantarse a situaciones potencialmente complicadas es desarrollando un punto de vista común, el que puede plasmarse en un código de conducta, un documento de gobernanza u otro tipo de política. Adicionalmente, contar con un directorio que trabaje junto con la familia reduce el riesgo de disputas, entre otros beneficios. Aunque tener una junta directiva es reconocido como una buena práctica, no todas las organizaciones la tienen.
En definitiva, las empresas familiares que quieran superar los desafíos y perdurar en el tiempo deben plantearse temas como manejar la sucesión y la gobernanza, navegar el conflicto con una buena comunicación y mejorar la unidad de sus miembros mediante la inclusión y el orgullo de ser parte de una familia empresaria.