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Columnistas

Crisis en la Zona Euro

Las dificultades económicas de Grecia están generando un terremoto financiero en Europa, y especialmente en el acuerdo monetario de la zona Euro.

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 21 de septiembre de 2011 a las 05:00 hrs.

Las dificultades económicas de Grecia están generando un terremoto financiero en Europa, y especialmente en el acuerdo monetario de la zona Euro.

Las ventajas comerciales de operar con una moneda común, y un libre movimiento de bienes y factores productivos generaron prosperidad y se construyó un gigantesco conglomerado económico, que llegó a representar más de un cuarto del producto del planeta. Esta arquitectura financiera y económica también le quitaba grados de libertad a la política económica de cada país. Los países miembros renunciaban a tener política monetaria y cambiaria propia.

Tan sólo quedaba la política fiscal para dirigir el rumbo de cada economía. Al firmar el tratado de Maastricht, los países que se incorporaron a la unión monetaria de la zona Euro se comprometieron a mantener un déficit fiscal de menos del 3% del PIB, un endeudamiento público menor al 60% del PIB, y una inflación baja. Casi ningún país europeo cumplió esta promesa y se encuentran en relaciones de endeudamiento fiscal insostenible. Grecia es el país con la mayor deuda pública, la que superaba al 14% del PIB a fines de 2010, y con un déficit fiscal estimado para este año de 9,6% del PIB. Pese al fuerte respaldo que Alemania y Francia han dado a este país para que cumpla con sus vencimientos y aplique una política fiscal restrictiva, los mercados estiman que existe un 92% de probabilidades de que este país no pague su deuda. Un default griego implicaría fuertes pérdidas para los tenedores de bonos, especialmente los bancos alemanes y franceses. La economía griega se encuentra actualmente en recesión, Portugal e Irlanda también se encuentran en condiciones similares 
¿Cómo se ha llegado a esta situación? En el caso de Grecia, la sobre-expansión de gasto público se explica por un exceso de empleados públicos improductivos, contratados por razones políticas, con reajustes generosos de remuneraciones para el sector público (5% anual en euros los últimos años), un sistema de pensiones de reparto quebrado, debido al cambio de estructura etárea de la población. Grecia financiaba sus gastos con bonos adquiridos por el resto del mundo. En el mediano plazo aquí solo caben dos situaciones posibles: El gobierno griego desarma el estado benefactor griego financiado con fondos externos, aguantando todas las protestas sociales o se sale de la zona Euro, declara un default sobre su deuda pública, e inventa una nueva moneda que refleje las debilidades reales de su economía.

Si se opta por la segunda solución, la más probable, vendría un contagio sobre el resto de la comunidad económica europea y la atención se centraría en España e Italia, que si bien presentan problemas menores que Grecia, se trata de economías de gran tamaño que no pueden ser apoyadas desde afuera. Esto trasladará el problema del ajuste fiscal a toda la zona Euro, poniendo en serio peligro la continuidad de este acuerdo monetario.

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