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Comercio y zonas aisladas

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Un crecimiento marcado por un ritmo desigual han experimentado las distintas regiones del país en los últimos diez años. Así lo revela el Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer) dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadísticas , que muestra una situación de contrastes. Mientras Aysén y Coquimbo han tenido una pujante expansión, con alzas de 113% y 70%, respectivamente, en dicho período, otras regiones más extremas, como Arica y Parinacota, y Magallanes, no alcanzaron el 20%.

Esta “fotografía” del progreso deja en evidencia que existen lugares con un bajo dinamismo, situación que no puede mantenerse si aspiramos a que Chile sea una nación integralmente próspera.

Este tema, que es preocupación de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), ha sido recogido por senadores y diputados de la Comisión de Zonas Extremas, quienes han pedido al gobierno otorgar urgencia al proyecto que busca incentivar inversiones y contrataciones en estos lugares, iniciativa que se tramita desde hace nueve meses sin que haya experimentado grandes avances.

Como gremio, tenemos la firme convicción de que con focalización y fomento a la inversión local en sectores como el comercio, se puede dar un impulso efectivo al desarrollo de nuevos emprendimientos en estos lugares.

Es justamente en las regiones y localidades más aisladas donde se percibe con mayor fuerza la función de servicio a la comunidad que tiene la actividad que desarrollamos, poniendo a disposición de las personas no sólo los bienes básicos, sino también aportando al avance de sus actividades productivas, lo que contribuye a mejorar su calidad de vida.

Como Cámara Nacional de Comercio aspiramos a un progreso inclusivo. En el caso de las zonas aisladas esto se logra, por un lado, propiciando una mayor conectividad, desarrollando las telecomunicaciones, infraestructura y equipamiento. Por otro, impulsando una efectiva descentralización y acceso a los servicios públicos, promoviendo, además, que las autoridades regionales tengan preocupación prioritaria por estos lugares.

Otra forma es dotando a las pequeñas y medianas empresas de herramientas que afiancen su viabilidad económica y expansión. Así lo planteamos a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados en el marco de la discusión de la Reforma Tributaria, al manifestar que necesitan un trato diferenciado que les permita generar sus propias ventajas competitivas.

Como CNC hemos propuesto que se establezca un beneficio tributario para este tipo de negocios y que se instaure un crédito tributario a la contratación de nuevos empleados, el cual varíe según el grado de aislamiento que tengan.

En el espíritu de nuestra federación gremial está la motivación por avanzar en esa línea. Esperamos que el proyecto de Ley de Zonas Extremas acelere su paso por el Congreso y que iniciativas como éstas, que denotan una preocupación por el desarrollo equitativo e integral del país, continúen proliferando.

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