Cinco claves para entender el nuevo Congreso
Roberto Munita abogado, master en Political Management
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Roberto Munita
Uno. La próxima Cámara de Diputados será la más fragmentada y polarizada desde el retorno a la democracia. Más de 20 partidos políticos tendrán al menos un escaño, y las bancadas más grandes estarán en los polos de la izquierda y la derecha. El PC se convirtió en la segunda bancada más grande de la oposición actual, y Apruebo Dignidad (pacto que suma a comunistas y el Frente Amplio) empató en fuerza con Nuevo Pacto Social, la ex Concertación. Sin duda, un duro golpe para la socialdemocracia: apenas 8 diputados DC y 7 del PPD. Incluso, en algunas zonas, como el distrito de La Florida y Puente Alto (histórico reducto concertacionista), no lograron sacar ningún diputado.
Dos. El Senado, por el contrario, ha quedado mucho más equilibrado y, aunque entró con algo de fuerza Apruebo Dignidad (de un senador subieron a cinco), es probable que sea un lugar de mucho más diálogo y negociaciones. El solo hecho de que derecha e izquierda han quedado cada uno con el 50% de los escaños demuestra este necesario equilibrio de fuerzas. Sin duda, el sistema bicameral encuentra sentido en momentos como éste, y sería un contrasentido prescindir de esta "segunda cámara", cuando puede ser un bálsamo que amaine las pasiones desenfrenadas que pueden tener algunos diputados. Punto a considerar, ya que en la Convención Constitucional suena con fuerza la idea de un Congreso unicameral.
Tres. El Partido de la Gente se ha convertido en el convidado de piedra. Con sus seis escaños —más que Evópoli, Comunes y Radicales— serán una fuerza relevante, desideologizada y, hay que decirlo, francamente impredecible. No sabemos cómo se comportarán, si serán una bisagra o se terminarán aliando con alguno de los dos polos, y si serán un bloque sólido, o terminarán desperdigándose, como le pasó a la Lista del Pueblo. Al igual que estos últimos, se trata de personajes sin mayor historial político —salvo el ex diputado Gaspar Rivas— y, por tanto, débiles frente a presiones y persuasiones de los grandes grupos políticos. Ojo que el PDG consiguió una tremenda votación también en el Senado y puede capitalizar esta tremenda base ciudadana, lo que le podría servir a Franco Parisi para una nueva aventura presidencial en 2025.
Cuatro. Los Republicanos fueron otra gran sorpresa. No sólo por ser la tercera fuerza de la Cámara y conseguir incluso un senador en la Metropolitana, sino también porque le "comieron" a toda la derecha, y no sólo a la UDI, como era lo esperable. La derecha liberal no logró entusiasmar en esta vuelta como lo hizo en 2017, cuando Piñera era el guaripola de la coalición, con un perfil más cercano a Evópoli. Esta es una lección que tienen que tomar todos los partidos de Chile Podemos Más, ya que tendrán que aprender a convivir en un hábitat con un nuevo integrante, que llegó para quedarse.
Cinco. Finalmente, queda claro que la sociedad chilena no ha cambiado tanto como pensamos en octubre de 2019, y que la mega-elección de mayo fue tan solo una excepción a la regla. No hay que perderse bajo la fiebre del estallido, ni abrazar ideas catastróficas como permitir las listas independientes para el Congreso, una medida que literalmente podría pulverizar nuestro sistema de partidos. Al contrario, el apoyo dado a las tiendas con líneas programáticas claras (desde el PC a Republicanos) demuestra que un gran porcentaje de gente sigue reconociendo el valor de los partidos políticos, y este es un capital que, como nación, debemos defender.