“Bonos Huaso” 2.0
El Ministerio de Hacienda anunció la semana pasada una importante modificación al marco regulatorio para la emisión en el mercado local de bonos de emisores extranjeros denominados en pesos: los llamados “Bonos Huaso”. Fruto de un trabajo...
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El Ministerio de Hacienda anunció la semana pasada una importante modificación al marco regulatorio para la emisión en el mercado local de bonos de emisores extranjeros denominados en pesos: los llamados “Bonos Huaso”. Fruto de un trabajo coordinado con la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), la nueva normativa amplía sustancialmente el universo de emisores extranjeros autorizados para colocar bonos en Chile y relaja una serie de requisitos para éstos.
El cambio es un paso importante en la agenda de internacionalización del peso, cuya primera señal diéramos el año pasado con la histórica colocación del primer bono soberano en pesos. Avanzamos, además, de manera concreta hacia una mayor integración de nuestro mercado de capitales. Por último, aportamos significativamente al esfuerzo de posicionar a Chile como centro financiero de la región, anhelo del mercado local y bien visto -modestamente hablando- por los agentes internacionales.
La modificación parte de un diagnóstico simple, pero potente. La normativa antigua, vigente desde 2006, era demasiado restrictiva, impidiendo aprovechar las ventajas comparativas de nuestro país para atraer emisores extranjeros. Particularmente a nivel de empresas provenientes de mercados de capitales menos desarrollados, que buscan financiamiento externo en condiciones favorables, pero que no tienen un fácil acceso a los mercados internacionales prime o altamente desarrollados.
¿Cuáles son estas ventajas comparativas de Chile que pueden resultar atractivas para este tipo de emisores extranjeros? En primer lugar, la existencia de un mercado de capitales comparativamente desarrollado y con fuerte presencia de inversionistas institucionales. En segundo término, la reconocida solidez económica y financiera del país. Por último, la calidad de sus instituciones y un ambiente de estabilidad política.
En este contexto, la normativa antigua era restrictiva, ya que sólo calificaban para emitir en Chile aquellas compañías listadas en un grupo reducido de plazas financieras internacionales de países desarrollados. Por cierto, ningún país de la región estaba en dicha lista. ¿Cuánto interés puede tener una empresa que ya tiene acceso a financiamiento en mercados desarrollados en venir a financiarse a Chile? Probablemente poco. No es casualidad que desde 2006 a la fecha se contaran apenas tres emisiones corporativas y por un monto conjunto inferior a los
US$ 500 millones. Nuestro mercado de “bonos Huaso” sencillamente no prosperó.
La regulación resultaba restrictiva, además, porque excluía de la posibilidad de colocar bonos en Chile a Estados o agencias estatales, así como a organismos internacionales o multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco Mundial. Ello pese a ser actores de primera línea en la emisión de bonos en monedas locales en los mercados internacionales.
La modificación introducida por nuestro gobierno y aprobada por el Consejo del Banco Central, se hace cargo de estos problemas. Desde hoy, no sólo empresas extranjeras sino también los organismos multilaterales y emisores soberanos extranjeros podrán colocar bonos en Chile.
Adicionalmente, se amplía de manera significativa el universo de emisores corporativos elegibles, toda vez que relaja el requerimiento de que estén listados en mercados desarrollados y que tampoco se les exige tener una clasificación de riesgo mínima. De esta forma, el foco se concentra en nuestros verdaderos clientes potenciales: compañías de países emergentes en general y de la región en particular.
Todo lo anterior, debiera traducirse en un fuerte dinamismo del mercado de “bonos Huaso” en los años venideros. En ciertos casos, es esperable que estas mayores emisiones de extranjeros en moneda local contribuyan a un aumento del tipo de cambio. Particularmente en aquellas situaciones en que el emisor repatría los recursos obtenidos sin tomar cobertura cambiaria, hecho que típicamente ocurre cuando éste tiene alguna empresa subsidiaria instalada en nuestro país.