Apetito por minerales críticos: una oportunidad para Chile
TOMÁS FLORES Economista, Libertad y Desarrollo
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TOMÁS FLORES
El sector de alta tecnología depende de materiales con suministros limitados y concentrados en pocos países. Las economías grandes -Estados Unidos, China y la Unión Europea- compiten en una carrera global para conseguir certeza en el suministro de ciertos minerales críticos. Quien consiga acceso a la explotación de minas de litio, cobre, titanio, tierras raras, cobalto o platino tendrá una ventaja en industrias claves como las energías renovables. En ese contexto, la Unión Europea ha aprobado una lista de 30 materias primas críticas que considera vitales para la tecnología de alto nivel.
Muchos de estos minerales son ampliamente disponibles y el suministro procede de países que tienen buenas relaciones comerciales y políticas con la UE. El punto débil de esta estrategia es la importante dependencia de las llamadas tierras raras. China es el principal proveedor de 20 de las 30 materias primas críticas de esta lista de materiales imprescindibles.
“Las oportunidades tienen períodos limitados de tiempo y está en marcha una carrera para lograr concertar el suministro de los minerales críticos. Esperemos que Chile no desaproveche esta vía de desarrollo”.
Esta situación ha llevado a que Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, suscriba un pacto con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, para obtener materias primas críticas como el litio y otros minerales, que integran componentes de vehículos y baterías, a cambio de promover e invertir en energías verdes en varias regiones del país sudamericano. Asimismo, hace pocos días, la líder alemana firmó un acuerdo similar con Chile, señalando que era un paso sustancial para fortalecer “las cadenas de valor sostenibles de materias primas”.
De esta manera se están abriendo oportunidades sustanciales para nuestro país, rico en estos minerales, por lo cual deberíamos aprovechar esta coyuntura tal como lo están haciendo los demás países. Es por ello que es frustrante que el primer proyecto de tierras raras en Chile -ubicado en la comuna de Penco, octava región-, donde se realizaría su explotación sin las externalidades negativas de tener que realizar tronaduras, ni proceso de chancado, y sin que se generen riles ni embalse de relave, haya sido maltratado por el regulador medioambiental.
En efecto, la empresa catastró cerca de medio millón de árboles y el Servicio de Evaluación Ambiental del Biobío decidió poner término anticipado al procedimiento de evaluación de impacto ambiental del proyecto, a instancias de la CONAF. La razón estaría en que el proyecto se encuentra en una zona de 400 hectáreas en que hay también bosque nativo protegido, y en especial seis ejemplares de naranjillo que no estarían debidamente resguardados.
En lugar de dar la posibilidad a la empresa para rectificar (cubrir los seis naranjillos o establecer un sistema de mitigación alrededor de ellos), la autoridad optó por poner término anticipado a la evaluación del proyecto, retirándolo del sistema. La salida anticipada del proyecto significa volver a partir de nuevo y representa una nueva pérdida de tiempo, ya que se requiere que pasen seis meses antes de volver a presentar los estudios.
Las oportunidades tienen períodos limitados de tiempo y está en marcha una carrera para lograr concertar el suministro de los minerales críticos. Espero que Chile no pierda esta oportunidad de desarrollo.