Disfrazando pobres y el complejo con Bachelet

Andrés Sanfuentes

En julio, cuando aún seguían las réplicas del terremoto, Piñera anunció una gran noticia: la pobreza había aumentado en Chile entre 2006 y 2009 desde el 13,7% al 15,1%. Consecuencia: el obvio fracaso de Bachelet en su objetivo más preciado, las políticas de protección social.

No mencionó que la encuesta Casen, base de la información, se levantó cuando el país recién venía saliendo de la crisis internacional y existía una significativa tasa de desocupación, lo cual genera focos de pobreza.

Posteriormente, apareció otro elemento decisivo: la medición de la pobreza estaba fuertemente influida por el aumento del precio de los alimentos, que creció desmedidamente entre ambos años.

De acuerdo a la metodología del cálculo de la pobreza, para fijar el límite de los indigentes se utiliza el costo de satisfacer las necesidades de alimentación, mientras la línea de pobreza es el monto mínimo para satisfacer sus necesidades esenciales, para lo cual se duplica el valor de la canasta de los indigentes. Esta ha sido la definición habitual por más de 20 años; su fundamento es que tradicionalmente los alimentos habían crecido en forma similar al resto de los bienes y servicios.

Al dispararse los precios de los alimentos Cepal, encargada de las comparaciones internacionales de los países de la región, cambió la medición de la línea de pobreza, considerando que existía una fuerte distorsión y así señaló en su publicación Panorama Social de América Latina. 2008. Aclaró que Conforme a la modificación metodológica introducida en 2007 por la Cepal, la línea de indigencia fue actualizada mediante el índice de precios al consumidos (IPC) de alimentos y para el componente no alimentario de la línea se utilizó el IPC del resto de los bienes y servicios, en lugar de utilizar el mismo deflactor para ambas líneas, como se venía haciendo hasta entonces.

El cambio tenía pleno sentido, pues de lo contrario se podía alterar la estimación de la pobreza, desde el momento que la diferencia entre un indigente y un pobre no es que este último consuma el doble de alimentos que el primero, sino que su canasta de consumo es diferente, al incluir otros bienes diferentes. En el caso de Chile, mientras entre 2006 y 2009, el aumento del IPC de los alimentos fue del 36%, el IPC del resto de los bienes y servicios sólo llegó al 6%. Esta situación introduce un serio problema técnico en la medición de la línea de la pobreza, pues ella se determina de acuerdo al valor de canasta básica.

Considerando la metodología utilizada por Cepal desde 2007, la línea bajo la cual se considerara la pobreza alcanza a $ 56.000 para Chile. Sin embargo, si se utiliza la fórmula antigua, ya descartada, suma $ 64.000 y, por lo tanto, aumenta significativamente el porcentaje de pobres en 2009, desde el 11,5% al 15,1%, superior al 13,7% registrado en 2006.

La discusión se alejó del campo puramente técnico cuando el presidente Piñera anunció con un curioso énfasis que la pobreza había aumentado en el gobierno de Bachelet. Esta mala noticia le permitía vulnerar uno de los mayores éxitos de la ex presidenta y contribuir a rallarle la pintura, una de sus grandes obsesiones, la popularidad que mantiene su antecesora.

El ministro Kast, en su tendencia a disfrazar a los pobres, como lo hizo en la reciente Enade, ha argumentado que Mideplan se ha limitado ha mantener la metodología utilizada en los años anteriores. Sin embargo:
a) A pesar que las mediciones responden a estimaciones, la de Mideplan es menos representativa que la de Cepal.

b) La metodología que utilizaba Cepal no consideraba que cuando hay cambios de precios relativos tan importantes como el ocurrido con los alimentos, existe un efecto de sustitución por otros bienes, lo cual respalda las modificaciones efectuadas.

c) El cambio que realizó Cepal en 2007, fue conocido y no objetado por Chile ni por los otros países de la región.

d) Según los convenios firmados por el gobierno de Chile, quien debe calcular la línea de pobreza es Cepal, con el objeto de hacerla homogénea, lo que no se cumplió en este caso, lo que deja al país fuera de las comparaciones internacionales.
e) Al aumentar artificialmente el porcentaje de pobres, se podría reducir en la próxima Casen, lo que se presentaría como un éxito de Piñera, ya que se supone que el precio de los alimentos se normalizaría contribuyendo en ese sentido.