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2024, un año vertiginoso en el sector eléctrico

Ana Lía Rojas Directora Ejecutiva de ACERA

Por: Ana Lía Rojas | Publicado: Lunes 23 de diciembre de 2024 a las 04:00 hrs.
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Ana Lía Rojas

En 2024, el sector eléctrico vivió un año de avances importantes, pero también de retos estructurales, reflejando una transición energética que avanza como una montaña rusa. El ejercicio cerró con el récord de más de un 80% de la electricidad consumida en el país generada con energías limpias. Sin embargo, el ambiente es también de incertidumbres que empiezan a afectar las decisiones de inversión, claves para el siguiente lustro.

Los puntos altos: la normalización de tarifas de generación, tras cuatro años de congelamiento, lo que sinceró el costo de la electricidad. Para atraer inversiones a Chile, tener precios verdaderos es “un desde”. Además, cerramos el año con más de 15 GW de sistemas de almacenamiento proyectados en distintas etapas de desarrollo, lo que representa una oportunidad de inversión de más de US$ 7 mil millones. Mi tercer “alto” lo consigno como la creciente participación renovable en la provisión de servicios de estabilidad de la red, lo que confirma que este aporte técnico es posible y que reduce los costos sistémicos.

“Hay un impactante 64% de los consumos de energía de Chile que son abastecidos por fósiles, sin que las políticas públicas y decisiones privadas hayan sido efectivas para su disminución o reemplazo”.

Los puntos bajos: el año estuvo marcado por incertidumbre en las inversiones, debido a la propuesta de financiar un subsidio eléctrico mediante apropiación de ingresos de los agentes del sector eléctrico, afectando y encareciendo el financiamiento de proyectos esenciales para la descarbonización.

Además, se registraron vertimientos récord de energía solar y eólica proyectados a más de 6 TWh/año, reflejo de problemas de sobreoferta renovable, congestión e inflexibilidad.

A esto se sumaron rechazos y retrasos en infraestructura clave, como la línea Itahue-Hualqui, y adjudicaciones desiertas, evidenciando la necesidad de replantear modelos de control y actualización de valores de referencia y de crear un foco de urgencia y eficiencia en las burocracias sectoriales.

Un punto positivo y negativo a la vez, fue el creciente protagonismo de la electricidad en el debate público. Si bien permitió mayor acceso ciudadano a información del sector, conceptos técnicos complejos propios del sector, dificultan la calidad de las discusiones.

El reemplazo de fósiles por energías renovables y almacenamiento ha sido relativamente exitoso en la matriz eléctrica. Pero la electricidad solo abastece el 22% de la matriz energética.

Hay un impactante 64% de los consumos de energía de Chile que son abastecidos por fósiles, sin que las políticas públicas y decisiones privadas hayan sido efectivas para su disminución o reemplazo. Este gran desafío para el resto de la década se enfrentará mediante la electrificación profunda de la matriz en base a renovables y almacenamiento, solución ambientalmente respetuosa y costo eficiente.

En este contexto, los retos en 2025 deben enfocarse en reforzar el trabajo conjunto de los actores públicos y privados para acelerar el cambio en la matriz energética primaria y colaborar con soluciones que impulsen la demanda por energías limpias y el crecimiento económico por encima del 2% que actualmente nos limita.

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