Quema de iglesia y sede social
Señor Director:
Cuando se quema una capilla, sede social o sede vecinal no se quema solo una construcción. Se quema también el derecho a libertad religiosa, el derecho a vivir en comunidad, a celebrar cumpleaños y a juntarse con amigos y vecinos. Si se quema una sede social se incendia la primera escala de nuestra forma de hacer política territorial, el espacio de las juntas de vecinos.
Nuevamente vemos cómo, ante la pasividad de las autoridades y a solo días de la Navidad, quemaron una capilla y una sede vecinal en Contulmo. Estos hechos son muy dañinos porque atacan el corazón mismo de la comunidad, que es la capacidad de reunirse.
Si queremos proteger realmente la democracia tenemos la tarea pendiente, como arquitectos y como chilenos, de poner en valor estos estos espacios, ya que es ahí donde empezamos a encontrarnos y a construir nuestro tejido social.
Juan Miguel de la Fuente Larrain
Arquitecto y director de Fundación Capilla