Cartas

El plan fiscal de Biden

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Señora Directora:

Estados Unidos se ha embarcado en un programa de estímulo fiscal sin precedente, apoyado en la idea de que la pandemia requiere ese gasto por parte del gobierno. Sin embargo, viendo la evolución de los últimos datos macroeconómicos, cabe preguntarse si no están “echando gasolina al fuego”, en especial cuando todavía está activa una política monetaria muy expansiva.

La historia nos muestra que un exceso de estímulo puede ser un error tan grande como carecer de él. Y siendo así, tal vez lo que en principio debería ser una buena noticia para los mercados financieros, se torne en todo lo contrario.

Por una parte, si tanto estímulo genera repuntes fuertes en la inflación, muchos inversores comenzarán a cuestionar la capacidad de mantener la política monetaria sin cambios hasta 2023 como pretende la Reserva Federal. En tanto, si Biden aprueba el alza del salario mínimo de $7.5 la hora a $15 la hora, introducirá un argumento de peso para pensar que el repunte inflacionario visto hasta ahora podría ser algo más estructural, al generar algo que no vemos desde hace mucho, inflación salarial.

Finalmente, si sale adelante la propuesta de casi duplicar el impuesto sobre las ganancias de capital, así como una mayor presión fiscal sobre quienes tienen los más altos niveles de renta, no sería raro que esos ciudadanos, que son los que tienen más del 80% de las inversiones en bolsa, pudieran decidir vender sus posiciones, dando lugar a una potencial corrección severa en los mercados que ya cotizan en múltiplos que sólo se ven en las fases finales de las grandes burbujas.

Pablo Gil

Jefe del departamento de análisis para Latinoamérica de XTB

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