Coyhaique huele a humo
Señor Director:
No sólo Coyhaique, también Temuco, Osorno ... y cientos de otras pequeñas ciudades donde sus habitantes utilizan nuestras mejores maderas para calefaccionar sus hogares y secar sus ropas durante los crudos inviernos sureños. La contaminación ambiental es terrible, las enfermedades bronquiales y otras proliferan, los niños y adultos mayores son los más expuestos, la calidad de vida se deteriora, el costo social y los gastos en salud son enormes. Se hace indispensable solucionar con real urgencia este gran problema, el cual está castigando injustamente a estos sacrificados conciudadanos.
Desde el siglo pasado todos los años vuelven a informar los medios de comunicación una y otra vez en esta época invernal sobre esta triste realidad y nada, absolutamente nada efectivo se ha hecho a la fecha. Propongo la siguiente solución al respecto:
En la mayoría de estas ciudades hay en los alrededores actividades agrícolas (por ejemplo, producción de leche) o forestales (aserraderos) u otras que producen desechos o residuos que permitirían operar modernas plantas generadoras en base a biogás o, existe cerca un río o esteros que permitirían instalar una o más pequeñas plantas hidroeléctricas para producir electricidad limpia, ecológica, no contaminante, destinada a reemplazar, en lo posible totalmente, el uso de leña como combustible.
Quién debería construir y operar estas plantas sería la Municipalidad respectiva. Como alternativa podrían concesionarse y/o licitarse garantizando el Municipio o el Estado un consumo mínimo y precio razonable para la energía entregada por un período de 30 o más años por ejemplo, que permitan el financiamiento de las mismas. Asimismo, el Municipio o el Estado deberían subvencionar tanto el precio de la energía como la adquisición de los artefactos eléctricos de calefacción necesarios.
En Coyhaique y/o alguna otra contaminada ciudad sureña se debería iniciar a la brevedad un Plan Piloto que permita ganar experiencia para extender esta solución a todos los demás poblados contaminados por uso de leña.
Rolf Fiebig Zarges
Ingeniero civil industrial Universidad de Chile
Lucro en educación
Señor Director:
La información se genera de forma dispersa en la sociedad, debido a que esta es concebida por los individuos de forma particular y son estos quienes las comunican y generan redes de información más o menos buenas dependiendo de la veracidad y oportunidad de su contenido.
Esto supone un tremendo desafío a cualquier actividad económica, pero la propia acción humana ha sabido superarlo en un camino de ensayo y error, concluyendo que lo necesario es buscar los incentivos reales de las personas, y el ánimo de lucro o de ganancia es allí el principal posibilitador de la coordinación económica en una sociedad compleja y extensa como en la que vivimos.
Por ello, un bien o servicio económico que pretenda ser ofrecido sin ánimo de lucro está condenado, debido a la insuperable descoordinación social que ello supondría, al fin de dicha oferta y a una insatisfacción total de su respectiva demanda. Querer suprimir el lucro de la Educación significa, en definitiva, producir el fin de la Educación misma.
En un contexto de reforma educacional, se hace más necesario comprender que el Derecho debe responder a la realidad económica y no a las fantasías de las facciones que gritan más fuerte en la calle.
Joaquín Rodríguez Droguett
Consejero de Derecho Económico de la Universidad de Chile
Canal cultural
Señor Director:
El anhelo más hipócrita de todos los chilenos...
Gabriel Guiloff