Señor Director:
La Sra. ministra Evelyn Matthei, en su cuenta pública, emplazó al empresariado a aumentar los planes de retiro de las mujeres desde los 60 años a los 65 ó 67 años. Ella dice que al no cotizar hasta los 65 años las mujeres obtienen un 40% menos de pensión. Revisar la edad de jubilación de las mujeres me parece muy bien si con ello se logra una mejor pensión, pero hay un problema de fondo que primero se debe mejorar.
Para que las mujeres se jubilen a los 65 ó 67 años, hay que asegurarles que van a existir fuentes laborales para ellas. Es muy difícil que un hombre o mujer, puedan encontrar trabajo si tienen más de 50 años, ya que los empleadores discriminan mucho por edad.
La cesantía en personas mayores es muy alta y no es porque no quieren trabajar, es porque no les dan trabajo y muchos de ellos deben resignarse a quedarse en sus casas a la espera de cumplir la edad para jubilarse y así disponer de un ingreso fijo mensual.
La idea de la Sra. Matthei la encuentro buena, pero primero hay que lograr que los empresarios incorporen a las personas de la tercera edad en el mundo laboral, ya que aumentar la edad de pensionarse de las mujeres sin asegurarles una fuente laboral, puede traer como consecuencia mayor pobreza en las personas de mayor edad.
Como asesor previsional, veo día a día la realidad de las personas mayores que teniendo suficientes fondos previsionales, viven en la pobreza porque no tienen trabajo y no se pueden pensionar porque aun no cumplen la edad para hacerlo.
Margot Guerrero Bruner
Asesor Previsional. Corredor de Seguros Generales y Vida
Señor Director:
En la carta del Sr. Ariztía Matte, relacionada con el caso Freirina hace referencia a aspectos utilizados por la gente de izquierda que comparto totalmente, pero también omite dos aspectos que son importantes para alcanzar un desarrollo justo y equitativo que se denominan “Respecto a la Normativa Vigente” y “Responsabilidad Empresarial” que algunos olvidan. Hay muchos casos por nombrar, pero recuerdo dos importantes, el de las farmacias y el de La Polar. Volviendo al tema, le digo con conocimiento de causa que los olores eran insoportables y aquí la cuestión era preguntarse: ¿se invirtió lo necesario para combatir este tema?, ¿la capacidad instalada era para un número menor de cerdos de los que los se tenía en la planta? En fin, lo que digo es que los costos de los proyectos de inversión deben sincerarse y considerar todos los aspectos relevantes para que nadie pueda cuestionarlos.
Se requieren inversiones y trabajo para progresar, pero no a costa de evaluaciones económicas que no consideran todos los elementos o evaluaciones ambientales encargadas a empresas a las cuales se les impone un modelo.
Sergio Salazar Lemus
Señor Director:
Un aspecto que se debiera tener en cuenta cuando hablamos de educación y capacitación, es que se está formando a personas que luego buscarán trabajar en aquella área para la cual se prepararon. No obstante, en nuestro país, muchas de las decisiones que se toman en torno a qué estudiar, no tienen relación con lo que se está requiriendo.
Hoy Chile tiene un gran déficit como sociedad, ya que no existe un alineamiento entre los sectores productivos y la formación profesional para el empleo, por lo que es un desafío primordial y una responsabilidad que se debe asumir a nivel nacional, analizar lo que las diversas industrias productivas del país están demandando.
Es necesario entender que el proceso formativo no va necesariamente de la mano de carreras de cinco años que lo que hoy otorgan es desempleo profesional y sin proyección laboral.
Como país, la deuda es dar competencias profesionales asociadas a perfiles que las industrias requieren. Es cada vez más necesario que la formación vaya de la mano de la empleabilidad y asociada con entes responsables que certifican de manera legal los conocimientos que la persona posee, logrando valorar y certificar la calidad de la formación en chile.
Fadua Gajardo
Presidente Formación Para el Empleo Forpe