Cartas al Director
- T+
- T-
Recursos fiscales y universidades estatales
Señor Director:
En una carta publicada en la edición del viernes, el rector de la Universidad de Santiago de Chile se refiere a un estudio elaborado por Acción Educar a partir de datos obtenidos de la Contraloría General de la Republica que da cuenta del trato preferente que las universidades del Estado tienen por los recursos fiscales que reciben. Da a entender en su nota que se habría hecho un tratamiento tendencioso de los datos que ensucia la discusión y falsea la realidad en torno al financiamiento fiscal de las universidades estatales.
Si se observan los datos para el período comprendido entre los años 2011-2014, se tiene que dichas casas de estudio han percibido más del 50% de los recursos fiscales otorgados a las universidades. En particular para el año 2014, los fondos institucionales se distribuyeron de la siguiente manera: 55% para universidades estatales, 40% para universidades privadas del CRUCH y 5% para universidades fuera del CRUCH. Lo anterior implica que tan sólo 16 universidades, de las 60 que componen nuestro sistema de educación superior, han recibido a lo largo de los años analizados más de la mitad de los recursos otorgados por el fisco.
Efectivamente, si dichos recursos se dividen por el total de instituciones que componen cada grupo, las universidades no estatales del Cruch (G9) aparecen con una diferencia a su favor que bordea en promedio los tres mil ochocientos millones de pesos por institución. Sin embargo, al considerar la distribución de dichos montos por el total de estudiantes matriculados en cada grupo las conclusiones del estudio se mantienen: a pesar de que las universidades estatales reciben sólo a un 27% de la matrícula de pregrado, el monto promedio por alumno en términos de financiamiento fiscal para estas universidades es de $1.273.000, cifra 1,07 veces más alta que lo que en promedio captan por alumno las universidades del G9 y 25 veces superior a lo que obtiene en promedio por alumno el resto de las universidades privadas que acogen al 53% de la matrícula universitaria de nuestro país.
Resulta difícil argumentar, a la luz de los antecedentes disponibles, que bajo ningún caso existe un privilegio para las universidades del estado.
Raúl Figueroa Salas
Director Ejecutivo Acción Educar
Derecho a informar
Señor Director:
El caso Watergate será recordado por lo que hicieron Woodward y Berstein del Washington Post, que siguieron adelante habiéndose identificado a funcionarios de la campaña de Nixon como culpables de la intromisión en la sede del Partido Demócrata.
Nixon fue acusado por mentir respecto a su participación en el caso y de intentar ocultar todo, lo que incluía espionaje político, fraude fiscal y soborno, quedando finalmente en manos del Congreso la ejecución del impeachment, al que escapó presentando la dimisión al cargo, y negociando con Ford un indulto que le permitió no ir preso.
Posiblemente Woodward y Berstein fueron víctimas de muchas acusaciones, pero siguieron adelante, amparados en la primera enmienda de la Constitución que establece que no habrá ley alguna que coarte la libertad de expresión o de la prensa.
En Chile tuvimos el Piñeragate, el famoso Kiotazo. Tiempo después, una investigación periodística descubrió la existencia de un sistema de escuchas telefónicas del ejército que supuestamente lo hacía con todos los políticos de la época. Nuestra constitución establece la libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan en el ejercicio de estas libertades.
Como ven siempre hay escuchas, confabulaciones, escándalos, corrupción y delitos. Lo importante es que se conozcan y se difundan bajo los protocolos que el periodismo conoce y quien se sienta afectado recurra exactamente a lo que la ley le permite. Si de paso discutimos respecto a ética periodística, propiedad de los medios, abusos de autoridad y cálculos políticos, hagámoslo, pero evitemos reducir el derecho a informar y ser informado.
Jorge Condeza Neuber