Igualdad de género y salarios
Señor Director:
Avanzar hacia la igualdad de género en las empresas chilenas tiene grandes implicancias en distintas áreas de la gestión de recursos humanos, procesos y productos que, sin duda, remecen la forma tradicional en que ha sido abordada hasta ahora la organización del trabajo.
El Servicio Nacional de la Mujer desde hace más de una década ha desarrollado diversas iniciativas tendientes a generar un cambio en uno de los ámbitos de mayor resistencia y asimetría de género: el trabajo remunerado. Promover buenas prácticas laborales y desarrollar el sello “Iguala” fueron aportes relevantes. Sin embargo, hoy los esfuerzos están en la difusión de una norma certificable, la NCH3262, para la “Gestión de la Igualdad de Género y Conciliación de la vida laboral, familiar y personal”, aún no aplicada por ninguna empresa u organización.
La primera consecuencia positiva de la certificación será hacer visibles aspectos que han estado históricamente ocultos tras el velo del patriarcado. Por ejemplo, la segregación ocupacional, el “techo de cristal” o las barreras en el desarrollo de carrera de las mujeres, las brechas en salario y participación directiva, y los prejuicios y estereotipos aún presentes, de manera “grosera” o “sutiles”, en los procesos de selección y reclutamiento de personal.
La certificación debiera asumirse con una mirada estratégica, de largo plazo, no como un fin o meta a alcanzar, sino como una herramienta en un proceso de transformación que tendrá implicancias para las empresas, especialmente en las dimensiones socioculturales. Pondrá la mirada en los ambientes de trabajo, en el clima laboral y en las relaciones sociales de poder que se establecen entre hombres y mujeres, cuestión que conllevará a asumir que para disolver las jerarquías de género, se requiere de conciencia y convicción del valor del principio de igualdad, así como de generosidad para perder los privilegios masculinos de los que ha gozado solo una parte de la fuerza de trabajo en Chile.
Pamela Caro
Directora Centro de Investigación y Estudios en Familia, Trabajo y Ciudadanía (CIELO) Universidad Santo Tomás
Empate técnico
Señor Director:
En Chile existen grupos de personas que siempre ante la adversidad, porque algo no les resultó como querían o simplemente se equivocaron en su cálculos, buscan el empate. Bastó que “los de allá” sacarán al baile los entuertos del Transantiago, que transcurridos largos siete años de su puesta en marcha aún se sigue parchando y sigue casi igual, para que “los de acá” citarán el Censo 2012, que había sido anunciado como el mejor de todos y terminó siendo declarado inservible.
Estos mal llamados y buscados empates técnicos, no tienen ni pies ni cabezas, porque es comparar peras con manzanas. Unos dirán que con el censo nuevo el anterior pasa a mejor vida y se acaba el caso, y otros espetarán que llegar y hacer un nuevo Transantiago y borrar el anterior es inviable.
Sería más provechoso para Chile que en vez de buscar siempre el mentado empate técnico, ambas partes dejaran la añeja y eterna confrontación que tiene agotados a los chilenos y se complementaran para que las cosas se hicieran en forma optima de una vez y no se despilfarre el siempre escaso dinero de todos.
Luis Enrique Soler Milla
No sabemos
Señor Director:
De un día para otro, de sopetón, nos hemos enterado de la existencia del Estado Islámico, ejército terrorista que controla extensas zonas de Siria e Irak. La verdad que cada día me parece menos absurda la críptica frase del ex secretario de defensa norteamericano Donald Rumsfeld: “hay cosas que sabemos que sabemos y hay cosas que sabemos que no sabemos. Pero lo que más nos debe preocupar es lo que no sabemos que no sabemos”.
Gabriel Guiloff