Señor Director:
Una vez más el desierto de Atacama será el escenario de una verdadera revolución industrial-tecnológica. Mientras en el siglo XIX el uso de la máquina a vapor en Europa se hizo masiva, en Chile se iniciaba la explotación del salitre con esta rápida incorporación de tecnología de punta. El auge industrial duró hasta que los alemanes lograron sintetizar amonio del nitrógeno de aire a principios del siglo pasado. Hoy muchos pueblos nortinos ‘fantasmas’ con sus cementerios quedaron para siempre como testigos de esta sacrificada vida laboral bajo el implacable sol de Atacama.
Después de la Segunda Guerra Mundial, surgió en el norte de Chile otra revolución industrial, en esta ocasión la del cobre, extendiéndose hasta la zona central del país, manifestándose en el desarrollo de mega-yacimientos que hasta la actualidad continúan produciendo, aportando grandes recursos al Estado chileno. Empleándose mucho know how nacional, por ejemplo, en la explotación de esta gran riqueza, alojada en condiciones geológicas-climáticas favorecidas durante los últimos cien millones de años. Pero, como el cobre y otros metales asociados es un recurso no renovable, y difícil de encontrar en grandes volúmenes, surge la pregunta: ¿Qué viene después del cobre? El desierto de Atacama es la mayor fuente de radiación solar a nivel mundial, según estudios realizados por la institución alemana GIZ en cooperación con el Ministerio de Energía (2009). Basándose en esta acertada información, en menos de cinco años, alrededor de 50 empresas internacionales en energía solar se han instalado en Chile para transformar al norte en una poderosa fuente eléctrica y de calor, renovable y sustentable.
En la actualidad existen en Chile proyectos eólicos y solares de unos 9GW en total -esto corresponde al equivalente de nueve plantas nucleares de gran tamaño- que estarían listos para entrar en construcción, siempre y cuando existe un comprador de esta energía, conectividad a la red eléctrica y la posibilidad de acumular energía por la noche. En un mercado mundial de energía renovable cada vez más innovador, competitivo y comprometido con el medio ambiente y el cambio climático se tiene la oportunidad de implementar cambios estratégicos de acuerdos con esta nueva realidad.
Esta podría ser la tercera revolución en el desierto de Atacama, una que sea silenciosa, ingeniosa, de convivencia y de colaboración en todos los ámbitos. Esto es “crecer sustentablemente”, para crear un nuevo polo de atracción industrial en el desierto y las regiones del Norte Grande. Siendo un “buen vecino” para las empresas mineras, como principales consumidoras de estas energías, incluso para las centrales de co-generación convencional, preferente con gas (GNL). Y aportar al desarrollo de las comunidades locales del país, creando nuevas industrias con visión al futuro.
Depende de usted, estimada candidata a la presidencia de Chile, acoger todo este desarrollo en plena marcha en el país, para fomentarlo, fortalecerlo y convertirlo en una magnífica fuente de seguridad energética nacional, acorde al cambio climático y a la huella de carbono, entregando nuevas fuentes de trabajo para técnicos y profesionales especializados, con gente comprometida con los objetivos del país.
Dr. Karsten Berg
Coordinador DESERTEC Chile
Señor Director:
Cabe preguntarse si los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) esta medición pasan únicamente por el nivel socioeconómico del cual procede el postulante. Y la respuesta es no, o al menos no del todo. Porque quienes hemos tenido la posibilidad de insertarnos en contextos educativos vulnerables sabemos que es posible cambiar, en base a una gran perseverancia, convicción y trabajo, las reglas del juego para miles de talentos que quieren y anhelan surgir. Ello implica necesariamente, desde el rol de profesor, liderar y hacerse cargo del proceso formativo al interior de la sala de clases.
Rodrigo Durán Guzmán
Ex profesional Enseña Chile