Editorial

Plebiscito: una carrera de 11 semanas

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on la atención del país lógicamente concentrada en la pandemia del Covid-19 y cómo salir de ella, el histórico plebiscito constitucional del próximo 25 de octubre no parece figurar entre las prioridades de la opinión pública ni la clase política. En líneas generales, los actores políticos que a fines de 2019 plantearon el proceso como vía de salida a la llamada crisis social del 18-O hoy no lideran la discusión nacional sobre los contenidos de una eventual campaña ni sobre sus respectivos proyectos de Constitución, en caso de ganar la opción Apruebo.

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La sociedad civil y la academia muestran más presencia en el debate, pero desde las instituciones —más allá de aspectos procedimentales básicos como el protocolo sanitario del Servel para el día de la votación— no ha emanado la orientación que se esperaría ante un complejo cambio como éste.

Parte de lo anterior se debe, no cabe duda, al anómalo contexto de aislamiento social y demás restricciones impuestos por la emergencia sanitaria. Otra parte puede deberse a que la propia crisis provocada por el coronavirus ha dejado en claro que los mayores desafíos de Chile no se enfrentan mejor desde la Constitución, sino con reformas largamente pospuestas, como las de pensiones y del Estado, entre otras. Lo relevante es que el país está en "una carrera contra el tiempo de 11 semanas", como lo describió ayer un análisis de DF Más.

Dado que no parece haber piso político ni social para una nueva postergación del plebiscito que permitiera realizar una campaña y una votación con todas las garantías democráticas, es clave que todos los esfuerzos del Gobierno y los partidos —oficialistas y opositores— se orienten desde ahora a impulsar la participación, que se teme podría llegar a ser menos del 50% de los votantes. Aunque pueda ocurrir en otras elecciones, aquí podría afectar la legitimidad de todo el proceso, asegurando una siguiente etapa aun más tumultuosa y de resultado más incierto.

Habiéndose embarcado Chile en este arriesgado proceso, es imperativo conducirlo hasta el 25 de octubre y contar con una hoja de ruta clara para lo que venga después.

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