EEUU: reforma tributaria perjudica a los estudiantes
Cassandra Sweet Doctora en Ciencias Políticas
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El desarrollo de un país depende de un sistema de innovación potente. Aunque la investigación académica es abundante, no tenemos una receta perfecta para fomentar sistemas de innovación en países tan diversos como Noruega, China y Chile. Sin embargo, hay pocas dudas de que la educación es pieza fundamental.
Es por eso que la disminución de los beneficios tributarios propuesta por el gobierno de Donald Trump para estudiantes de posgrado en EEUU es un ejemplo de una política pública mal diseñada y que va en contra de la evidencia académica sobre el papel de la educación en el proceso de innovación y desarrollo económico.
Después de un año de impresionantes fallas legislativas, el presidente Trump avanza en el primer proyecto de ley con posibilidad de aprobarse esta semana. La Ley de Reducción de Impuestos y Empleos pasó la Cámara de Representantes. Conocido en inglés como el Tax Cuts and Jobs Act, rebajaría los impuestos con un impacto fiscal negativo de más de US$ 1.4 trillones acumulados en los próximos 10 años. También se cambiaría por completo el código de impuestos corporativos.
Para financiar parte de la rebaja en impuestos corporativos, se reducen múltiples beneficios tributarios para los individuos. Esta pérdida de beneficios tiene implicancias inmediatas. Si tuviera que elegir la “más cruel” diría que es la eliminación de fondos para servicios básicos de salud que cubren a más de 8 millones de niños. Ese es un recorte que causará de manera inmediata tristeza y angustia a millones de familias necesitadas.
Otras reducciones de beneficios tendrán impactos a mediano y largo plazo, de magnitudes difíciles de calcular por ahora. Al momento de escribir estas líneas, el texto de la reforma tributaria propuesta abre un agujero en el sistema de educación superior de EEUU a través de convertir en ingresos tributables las becas académicas. Según las estimaciones del consejo de educación, la propuesta disminuiría los beneficios impositivos y los ahorros para los estudiantes universitarios en US$ 65 mil millones en la próxima década. Esto afectaría a 145.000 estudiantes de posgrado que, de aprobarse esta ley, deberán tributar por dineros recibidos para pagar sus matrículas. Un porcentaje de éstos no podrá continuar con sus estudios. La ironía está en que mientras la reforma tributaria busca bajar el costo del capital físico, le pone un impuesto a la acumulación de capital humano.
En el Senado, la escasa mayoría de 52 a 48 del partido republicano ha dejado abierta la posibilidad de fracaso. Pero si se aprueba esta ley, el error auto-infligido de EEUU puede terminar incentivando nuevos polos de innovación en países que capten estudiantes desplazados.