Dalibor Eterovic

El desafío es la productividad

Por: Dalibor Eterovic | Publicado: Viernes 24 de abril de 2015 a las 04:00 hrs.
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El FMI nos acaba de advertir que el crecimiento potencial del mundo será menor. En las economías avanzadas dicha variable habría caído 0,5 puntos porcentuales (pp), principalmente por el menor aporte de capital y por factores demográficos. En las emergentes la disminución es mayor (2 pp). La principal causa es una menor contribución de la productividad total de factores (PTF).


Hacia delante, su pronóstico es poco alentador. Comparando los períodos 2008-2014 con el esperado para 2015-2020, los desarrollados sólo verían una leve mejora desde 1,3% a 1,6%, mientras que los emergentes continuarían desacelerándose (desde 6,5% a 5,2%). Nuevamente, el principal causante de la baja sería la productividad.


Este debate también está muy presente en Chile. La economía lleva años creciendo en base a acumulación de factores con muy poco aporte de la productividad. Entre 2000 y 2014, el capital habría aportado 2,5 pp al crecimiento anual, el trabajo 1,4 pp mientras que la PTF sólo 0,4 pp.


El gran problema es que el panorama internacional sería hostil para países que crecen a través de acumulación de factores. En Chile, el fin del shock positivo de términos de intercambio hace más difícil la tarea de atraer capital. Esta es una de las razones principales que llevó al Banco Central a bajar su estimación de crecimiento potencial desde 5% a 4,3%. Más allá de que hay argumentos válidos para pensar que la caída del potencial sería mayor, la prescripción de política es clara: Hay que aumentar la productividad.


¿Cómo hacerlo? La literatura académica apunta a múltiples caminos. Entre los que parecen ser más relevantes se encuentran la innovación, el fomento de la inversión extranjera directa, el capital humano, la infraestructura y la estructura sectorial de la economía. Pero lamentablemente para países en vías al desarrollo no hay recetas mágicas. Más complejo aún, -como muestro en un trabajo junto a Cassandra Sweet (profesora de Ciencia Política de la PUC) y publicado recientemente en World Development-, estos países no pueden esperar que sus economías sean más innovadoras sólo por cambiar instituciones, aumentando derechos de propiedad intelectual.


Mejor capital humano es un objetivo importante a seguir, pero toma tiempo en tener efecto. En Chile hay algunas políticas públicas que podrían tener impactos algo más inmediatos, por ejemplo, en materia de innovación y en mejoras en la estructura del sector energético. El gasto en investigación y desarrollo en la OCDE es de 2,4% del PIB mientras que en Chile es de sólo 0,36%. Promover y facilitar la innovación en empresas y universidades parece una buena idea. Por otra parte, la generación eléctrica es cara e ineficiente: nuestros costos marginales están muy por sobre otros países de la región, como Perú y Colombia. Ello debido, en gran parte, a la diferencia en la composición de la matriz energética. Mientras Chile produce en torno a 30% de su energía a través de centrales hidroeléctricas, en Perú y Colombia representan 50% y 80%, respectivamente. Facilitar el uso de tecnologías eficientes es una manera fácil y rápida de aumentar la productividad.


El FMI nos alerta que nuestro crecimiento de largo plazo está cayendo. Este destino no está escrito en piedra, y depende de nosotros evitarlo.

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