Multinacionales

GM se despide de Australia y N. Zelanda por reestructuración y foco en electromovilidad

La automotriz ya había cerrado plantas en Europa, India y Rusia debido al bajo rendimiento de esos mercados. La estrategia tendrá un costo de US$ 1.100 millones.

Por: Rocío Vargas Suárez | Publicado: Martes 18 de febrero de 2020 a las 04:00 hrs.
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GM gastará US$ 300 millones en efectivo para cubrir la salida de ambos mercados.
GM gastará US$ 300 millones en efectivo para cubrir la salida de ambos mercados.

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Una profunda reestructuración fue lo que anunció General Motors (GM) ayer. Tras un difícil cierre de 2019, los nuevos planes contemplan la salida de la firma de Australia y Nueva Zelanda a fines de 2020, además de la eliminación de su filial Holden, en circulación por más de 160 años.

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“Estamos reestructurando nuestras operaciones internacionales, enfocándonos en mercados donde tenemos las estrategias adecuadas para generar retornos sólidos y priorizando las inversiones globales que impulsarán el crecimiento en el futuro de la movilidad, especialmente en las áreas de vehículos eléctricos y ejemplares autónomos”, dijo la directora ejecutiva y presidenta de GM, Mary Barra.

La fuerte baja en las ganancias de la empresa al cierre de 2019 es otro argumento para la revisión. Barra, incluso, anticipó las acciones anunciadas ayer tras la caída de 16% en las utilidades del cuarto trimestre.

“General Motors está posicionada para unos resultados de negocio sólidos a largo plazo, con el enfoque puesto en la sostenibilidad”, dijo, luego de revelar los resultados a principios de este mes.

Los planes van en línea con el acuerdo al que llegó la compañía con la china Great Wall Motors, de comprar su planta de fabricación en Tailandia.

El pacto concreta la segunda transacción entre las empresas, ya que Great Wall compró también la sede de GM en India.

A través de un comunicado, el vicepresidente de Great Wall, Liu Xianshang, dijo que la compra de la planta es un paso clave para que la china pueda tener acceso al mercado de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean, su sigla en inglés).

“El mercado automotor de Asean se está desarrollando, y tiene grandes perspectivas y potencial”, afirmó el empresario.

“Nuestra inversión creará más empleos para los habitantes locales, mejorará sus habilidades y estimulará el apoyo, la investigación y desarrollo, y las industrias relacionadas que operan allí”, agregó, anunciando que la llegada de la empresa daría paso a la exportación de autos a Australia.

Bajo rendimiento

La revisión le costará US$ 1.100 millones a la empresa, que se verán reflejados en los resultados del primer trimestre.

De ese total, US$ 300 millones serán en efectivo y estarán destinados a cubrir los costos que implica salir de los mercados con menor rendimiento. En este caso, Australia, Nueva Zelanda y Tailandia.

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, criticó la decisión de GM de terminar sus operaciones en el país sin consultar al gobierno. Esto ya que el Estado había invertido US$ 2 mil millones en asistencia para la industria.

“Estoy enojado, como creo que muchos australianos lo estarían”, afirmó.

Pero esta no es la primera vez que la firma decide cerrar sedes. Rusia, India y Europa ya pasaron por este proceso. En 2015, GM retiró la marca Chevrolet de Rusia y el viejo continente, y vendió sus filiales Opel y Vauxhall a la francesa Peugeot, por 2.200 millones de euros (US$ 2.380 millones).

En ese mismo año, cerró la primera fábrica en Australia, ubicada en Adelaida. Eso sí, en ese entonces, la empresa aseguró que mantendría sus operaciones de venta, diseño e ingeniería.

A raíz de las nuevas bajas, Barra argumentó que los principales ingresos de GM provienen de Estados Unidos y China.

La firma pondrá foco también en los mercados de México y América del Sur.

Adiós a Holden

Como parte del plan, además, GM dejará de fabricar su marca Holden, tras 164 años de circulación.

La filial australiana, fundada en 1856, había reducido sus ventas a la mitad, por lo que no se justificaba hacer la “inversión significativa” necesaria para volverla competitiva y rentable en el largo plazo, afirmó el vicepresidente de operaciones internacionales, Julian Blissett.

“Con la fusión en el ámbito internacional de la industria automotriz, nos resulta cada vez más difíficl apoyar una marca y una empresa que sólo está presente en dos mercados (Australia y Nueva Zelanda)”, agregó.

Según la consultora Australian Automotive Inteligence, Holden vendió sólo 43 mil autos en 2019. Muy por debajo de los 90 mil entregados en 2017.

Debido a la reestructuración, aproximadamente 600 personas quedarán desempleadas en los próximos meses.

“Fue una decisión muy difícil para nosotros y no la hemos tomado a la ligera”, dijo Blissett.

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