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Chile lidera América Latina: es el único país que ha logrado que su PIB per cápita avance

La nación va en contra de la tendencia. Y es que la región ha experimentado un fuerte retroceso frente al avance de Asia.

Por: Steve Johnson | Publicado: Lunes 17 de febrero de 2020 a las 04:00 hrs.
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El ascenso de China durante las últimas décadas ha sido bien documentado, pero la simple magnitud de su vertiginosa ascensión en la escalera económica sigue siendo impresionante.

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En 1980, China era el segundo país más pobre del planeta, medido por el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA), sólo por delante de Mozambique.

Su producción anual per cápita era de solamente US$ 719, medida en dólares de 2011, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Trasladémonos cuatro décadas en el futuro y el PIB per cápita de China, según la misma medida, ha aumentado un 2.400% a US$ 17,963, lo suficiente como para ubicarlo en el puesto 56 entre los 140 países para los cuales el FMI tenía datos en 1980.

El PIB per cápita de China ha superado al de Sudáfrica, al de Irán, al de Líbano y al de Brasil, y superará al de Argentina y al de Montenegro este año, según las previsiones del Fondo.

El ascenso de Beijing en la clasificación mundial es parte de un impulso más amplio que ha presenciado el enriquecimiento, en términos relativos así como absolutos, de una miríada de países asiáticos.

Sin embargo, no sólo son estos “tigres” del este asiático los que han mejorado su lugar en el mundo. Prácticamente todos los países del sur y sudeste de Asia también han subido en la clasificación. Vietnam y Tailandia han visto aumentar la cifra en más del 500% desde 1980.

Latinoamérica a la baja

La región que ha retrocedido más pronunciadamente desde 1980 es Latinoamérica, con prácticamente todos los países habiendo caído en la clasificación mundial.

Argentina ha perdido 18 lugares al 58, tras haber sido el décimo país más rico del mundo, per cápita, en 1913.

Otros países latinoamericanos que han perdido terreno entre 1980 y 2020 incluyen a Brasil (del puesto 47 al 67), México (del 46 al 54), Ecuador (del 65 al 82), Paraguay (del 62 al 76), Bolivia (del 78 al 96), Guatemala (del 69 al 91) y El Salvador (del 76 al 95). La situación ha empeorado tanto en Venezuela que el FMI dejó de contar.

Sólo Chile ha ido en contra de la tendencia, subiendo 12 lugares al 49, mientras que Colombia y Uruguay se han mantenido estables.

La difícil situación de la región ha empeorado desde 2014, con un crecimiento del PIB promedio de menos del 0,8%, por debajo del crecimiento de la población del 1%, “así es que la gente se está empobreciendo”, dijo Alberto Ramos, jefe de economía de Latinoamérica en Goldman Sachs.

“En relación con los dólares, ha habido una disminución de entre 20% y 30%, por lo que han perdido poder adquisitivo en el extranjero”, agregó.

Las preguntas obvias son: ¿Qué ha hecho Asia acertadamente que Latinoamérica ha hecho equivocadamente? y ¿Continuará esta “deriva continental” o comenzará a revertirse?

Los analistas económicos están ampliamente de acuerdo sobre algunos de los impulsores clave, incluso si tienen algunas teorías favoritas adicionales propias.

En su análisis del crecimiento en los mercados emergentes desde principios de la década de 1990, Louis Kuijs, el jefe de economía de Asia en Oxford Economics, encontró tres factores que explicaban gran parte de la divergencia en las fortunas.

Los países con una mayor participación de la industria manufacturera en su PIB han generado un crecimiento más rápido. Esto es doblemente cierto en el caso de los países que exportan muchos de sus productos manufacturados.

Sin embargo, para que los beneficios de la fabricación se acumulen en su totalidad, “la tecnología debe dominarse a nivel nacional”, dijo Kuijs, lo que se traduce en un gasto significativo en investigación y desarrollo, así como en innovación.

Producción e inversión

Latinoamérica obtiene malos puntajes en todos estos puntos, junto con Sudáfrica y con Arabia Saudita, mientras que a China y a gran parte del Sudeste Asiático les ha ido mejor.

“Seguimos siendo economías muy dependientes de las materias primas, muy por encima del promedio de otros mercados emergentes”, indicó Guillermo Tolosa, asesor económico de Oxford Economics.

“Aún tenemos economías muy poco sofisticadas. El avance de las exportaciones de Latinoamérica ha sido más débil y desigual porque depende de las materias primas”, apuntó.

Charles Robertson, economista jefe de Renaissance Capital, consideró que “se necesita una inversión superior al 25% del PIB para escapar de la trampa de ingresos medios, y la mayor parte de Latinoamérica no lo ha logrado”. Esta proporción está actualmente cerca de un 40% en China.

La inversión débil es, en sí, el resultado de unas tasas de ahorro más bajas que en otros mercados emergentes, algo que Tolosa atribuyó a factores “culturales”.

Las tasas de ahorro del sector público son bajas porque los latinoamericanos son “líderes mundiales” en elegir gobiernos “populistas” despilfarradores, agregó.

Tolosa dijo que muchas de las debilidades de Latinoamérica son estructurales y, por lo tanto, difíciles de revertir. Ramos teme que la creciente ira pública es un incipiente riesgo que pudiera dificultar aún más la tarea de reformar las economías para impulsar el crecimiento.

“Parece que los políticos no han satisfecho las necesidades del pueblo. Todo el mundo parece estar en pie de guerra en Latinoamérica, incluso en Chile. Existe una cierta sensación de exasperación en la región”, dijo. Y agregó: “La gente está exigiendo un cambio”.

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