Bonos gubernamentales globales se ven afectados por una nueva oleada de ventas
El mercado mundial de bonos está sufriendo su peor comienzo de año desde 2015 con los inversionistas apostando a que las vacunas impulsarán el crecimiento, lo que ocasionará serias presiones inflacionarias por primera vez en décadas.
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La masiva venta global de bonos de gobiernos se intensificó el miércoles, y el rendimiento del Tesoro de EEUU a 10 años superó el 1,4% por primera vez desde el inicio de la crisis del coronavirus.
Los bonos de gobierno europeos también se vieron afectados por las ventas de ayer, lo cual hizo subir los rendimientos de los bonos británicos, franceses, alemanes e italianos.
La caída de los precios es el más reciente hito de una amplia retirada desde la deuda pública que ha sido impulsada por un panorama económico mundial más optimista y por una creciente preocupación por la inflación.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años subió hasta 0,09 puntos porcentuales el miércoles para llegar a 1,4337%, habiendo comenzado el año en alrededor del 0,9%. En tanto, los bonos a más largo plazo enfrentaron ventas más intensas, ya que son más vulnerables a cambios en las expectativas de inflación.
El mercado mundial de bonos está sufriendo su peor comienzo de año desde 2015 a medida que los inversionistas están cada vez más confiados de que la introducción de las vacunas contra el Covid-19 impulsará el crecimiento económico y ocasionará serias presiones inflacionarias por primera vez en décadas.
“Es probable que por fin estemos nuevamente en camino de la reflación (...) Yo estoy viendo más y más señales de crecientes presiones inflacionarias como resultado del estímulo sin precedentes que los responsables de las políticas fiscales y monetarias están proporcionando en respuesta a la pandemia”, aseguró Ed Yardeni de Yardeni Research.
El índice Bloomberg Barclays Multiverse que sigue la deuda por valor de US$ 70 billones ha perdido aproximadamente un 1,9% desde finales del año pasado, en términos de rendimiento total que toma en cuenta los cambios de precios y los pagos de intereses.
Si esto se mantiene, sería el peor desempeño trimestral desde mediados de 2018 y el revés más pronunciado en el primer trimestre para el indicador amplio de renta fija en seis años.
El rendimiento del Bund a 10 años de Alemania ha aumentado de -0,62% a mediados de diciembre a 0,29% el miércoles. El rendimiento de los bonos a 10 años de Australia ya superó su nivel prepandémico y subió ayer otros 0,05 puntos porcentuales para alcanzar el 1,61%, mientras que el de Japón esta semana superó el 0,1% por primera vez desde 2018.
La reversión del mercado de bonos comenzó a cobrar fuerza en enero cuando los demócratas ganaron el control del Senado estadounidense y plantearon la posibilidad de un paquete de estímulo más robusto para reparar el daño causado por la pandemia.
Sin embargo, la venta masiva se ha acelerado y ampliado notablemente durante las últimas semanas, conforme algunos analistas e inversionistas se han vuelto más optimistas en cuanto a las perspectivas económicas y han cuestionado si los bancos centrales continuarán manteniendo la política monetaria acomodaticia.
La venta masiva de la renta fija ha comenzado a afectar los valores mundiales y ha llevado a algunos analistas a predecir una repetición de las batallas pasadas entre los mercados de bonos y gobiernos derrochadores y los bancos centrales.
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El reto bursátil
Los analistas han indicado que los históricamente bajos rendimientos de los bonos han sido un combustible clave para el dramático y generalizado repunte en los mercados financieros desde el punto más bajo en marzo de 2020. Las acciones ya están mostrando señales de que el aumento de los rendimientos las está afectando.
Los mercados bursátiles comenzaron 2021 con una magnífica racha, pero el índice FTSE All-World ahora ha caído un 2,5% desde que alcanzó un máximo histórico el 16 de febrero. El índice NASDAQ 100, con su enorme influencia de compañías tecnológicas, ahora ha disminuido más del 6% desde su pico la semana pasada.
Gregory Peters, un gestor de fondos sénior de PGIM Fixed Income, señaló que los movimientos eran una reminiscencia de un “mini taper tantrum 2.0”, una referencia a la sacudida de los mercados financieros globales que provocó en 2013 el anuncio de la Reserva Federal de que reduciría su programa de compra de bonos.
“El movimiento alcista está empezando a asustar a otros mercados (...) Las acciones están inciertas y los bonos corporativos están inciertos. Está causando que la gente se asuste un poco”, agregó.
Peters sospecha que la severidad de la venta masiva en el mercado de bonos puede ser una exageración pero, por ahora, él está siendo cauteloso de apostar a que la reciente tendencia desaparecerá.
“Cuando te estás enfrentando a datos de crecimiento del PIB de dos dígitos, a enormes estímulos gubernamentales y a los bancos centrales en espera, tendrías que ser valiente para ir en contra de esta dirección”, explicó.
El reto es que los bancos centrales se han comprometido a mantener la política monetaria excepcionalmente flexible incluso si la inflación se acelera, un compromiso que algunos operadores están comenzando a poner a prueba.
Los bancos centrales parecen estar cada vez más preocupados por la venta masiva, la cual tiene el potencial de aumentar las tasas de interés de los préstamos en un delicado momento para la economía mundial.
El Banco de la Reserva de Australia reinició sus compras de bonos esta semana para reprimir el aumento en los rendimientos de sus bonos del gobierno, y la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo el lunes que los legisladores estaban “monitoreando de cerca” la situación.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aclamó el martes las señales de que las perspectivas económicas estaban mejorando, pero enfatizó que el banco central de EEUU continuará estimulando la demanda en el futuro previsible, y argumentó que una inflación obstinadamente baja aún representaba un peligro mayor que una aceleración duradera.
“La economía está muy lejos de nuestras metas de empleo y de inflación, y es probable que se requiera algún tiempo para lograr avances sustanciales (...) Continuaremos comunicando claramente nuestra evaluación del progreso hacia nuestras metas mucho antes de realizar cualquier cambio en el ritmo de compras”, señaló Powell en un discurso preparado ante el Congreso.