Trump contraataca; acusa a China de "manipular divisas" y sube presión a la Fed
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Mañana movida, de nuevo, para las relaciones comerciales y políticas entre Estados Unidos y China.
Tras la decisión de Beijing de devaluar su moneda a un mínimo de 11 años, el presidente Donald Trump lanzó sus dardos, como hace usualmente, a través de Twitter para criticar a Beijing, pero también para colocar mayor presión sobre la Reserva Federal (Fed) de EEUU.
"China dejó caer el precio de su moneda a casi un mínimo histórico. Se llama 'manipulación de divisas'. ¿Lo están escuchando Reserva Federal? Esta es la mayor violación que debilitará muchísimo a China en el tiempo!", escribió en la red social.
Horas más tarde, el titular de la Casa Blanca volvió a la carga y aseguró que las maniobras de Beijing demuestran que "los estadounidenses no están pagando por los aranceles; están siendo pagados por los cumplidos de China y EEUU está recibiendo miles de millones de dólares". Aseguró que "China siempre ha utilizado la manipulación de las divisas para robar nuestros negocios y fábricas, dañar nuestros empleos, deprimir los salarios de nuestros trabajadores y afectar los precios de nuestros productores. ¡No más!". Y agregó: "Esto debió ser detenido hace muchos años".
Sus comentarios elevan las tensiones con la segunda economía global, con la que mantiene negociaciones para poner fin a la disputa, pero a la que amenazó con la aplicación de un 10% adicional de aranceles para completar los US$ 300 mil millones en productos exportados por el gigante asiático.
Esos aranceles entrarían en vigencia el 1 de septiembre, el mismo día en que se retoman las conversaciones entre los delegados de ambas administraciones ahora en Washington.
La última ronda -de la semana pasada en Shangái- terminó con sabor a poco: positiva, con avances aunque pocos, y al final con el anuncio de Trump de más gravámenes.
Presión para Trump
Ahora bien, el jefe de Estado no ha quedado hoy exento de las críticas y las presiones. Dos tiroteos masivos que dejaron 30 muertos en Texas y Ohio resonaron en la arena política de EEUU, con algunos demócratas acusando a Trump de avivar las divisiones raciales. Mientras, él insistió en que "el odio no tiene cabida" en su país.
Responsabilizó a los medios y a las noticias falsas por los ataques, y desmintió que su discurso antiinmigrantes o la libre ventas de armas contribuyeran a los hechos violentos.
"Los medios tienen gran responsabilidad en la vida y seguridad de nuestro país. Las noticias falsas han contribuido en mucho a la rabia y molestia que se ha acumulado durante años. La cobertura de noticias tiene que empezar a ser justa, balanceada y sin sesfos, o estos terribles problemas sólo se van a poner peores", tuiteó.
Aún así, pidió a los congresistas que aprueben una ley que exija estrictas revisiones de antecedentes para las compras de armas de fuego. "Republicanos y demócratas deben unirse y lograr estrictas revisiones de antecedentes, uniendo quizás esta legislación con una reforma migratoria desesperadamente necesitada".
"No dejaremos que quienes fallecieron en El Paso, Texas; y el Dayton, Ohio, hayan muerto en vano. Al igual que aquellos que resultaron gravemente heridos", declaró en la red social.