Eike Batista es condenado a 30 años de prisión por corrupción

El empresario Eike Batista, quien llegó a ser el hombre más rico de Brasil, fue condenado por un juez federal de Río de Janeiro a 30 años de prisión y a una multa de 53 millones de reales (US$ 13,9 millones) por el delito de corrupción activa, informaron ayer fuentes judiciales.

Batista está acusado de pagar sobornos por US$ 16,5 millones a Sérgio Cabral, gobernador de Río entre 2007 y 2014, para adjudicarse contratos públicos.

Según la Fiscalía, para el pago de esas comisiones, Batista usó un contrato “ficticio” que simuló la compra de una mina de oro en Colombia a testaferros de Cabral, que está en prisión desde noviembre de 2016 por la creación de “una organización criminal” que le permitió ocultar hasta US$ 100 millones procedentes de sobornos en cuentas en el exterior.

Esta es la primera condena dictada contra el empresario de 60 años, quien llegó a ser el octavo hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, y que entre enero y abril del año pasado compartió una celda de 15 metros cuadrados con otros seis presos acusados de desvíos relacionados con el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras. Actualmente, Batista cumplía arresto domiciliario.

Actuó con dolo

El magistrado dijo que tomó la decisión porque la arquitectura criminal se originó en la propia empresa de Batista y era “de muy difícil detección para los órganos de investigación”. “Durante muchos años el condenado logró evitar que esos esquemas criminales fueran descubiertos”, afirmó.

“Se trata de una persona que, a pesar de tener una situación financiera acomodada, relevó un dolo elevado en su actuar”, complementó.

La defensa de Batista ya informó que va a apelar a la decisión. El empresario recurrirá a “todas las instancias”, dijo su abogado, Fernando Martins.

Además de Batista, el juez condenó a Cabral a 22 años y 8 meses de prisión por corrupción pasiva, lavado de dinero y evasión de divisas; a la esposa de Cabral, Adiana Ancelmo, a 4 años y 6 meses; a dos altos exfuncionarios de la gobernación de Río de Janeiro, y a un auxiliar del magnate, Flavio Godinho, a 22 años.

Batista acumuló hasta 2010 una fortuna estimada entonces en US$ 30 mil millones a través de negocios de minería, petróleo y materias primas. Pero hace algunos años el imperio se derrumbó por mala gestión y la crisis internacional de las materias primas.