Política

Chile decidirá entre dos opciones de cambios postergados: la seguridad pública (Kast) y los derechos sociales (Boric)

En los 28 días que restan para el balotaje de diciembre, polarizado y competitivo, ambos tienen el desafío de moderarse para conquistar a cerca del 46% del electorado que votó por otros abanderados.

Por: Rocio Montes | Publicado: Lunes 22 de noviembre de 2021 a las 00:00 hrs.
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Rocio Montes

Kast y Boric al balotaje

Como predijeron las encuestas, el balotaje será polarizado y se resolverá entre los dos candidatos que representan una superación de la política que lideró la transición desde 1990: José Antonio Kast, el abanderado del Partido Republicano (27,99%) y Gabriel Boric, el rostro de la izquierda del Frente Amplio y el PC (25,67%).

Mientras el abogado conservador logra pasar por la derecha a la alianza oficialista de Sebastián Piñera, el diputado por Magallanes ha irrumpido en la política en solo una década basado en un discurso que apuesta a sobrepasar por la izquierda a lo que alguna vez representó la Concertación.

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Como no había sucedido desde el retorno a la democracia en 1990, por lo tanto, la segunda vuelta se resolverá entre dos extremos, con discursos basados en los cambios postergados. Pero mientras Kast apunta a la seguridad y al orden, perdidos sobre todo luego de las revueltas de 2019, Boric busca la materialización de los derechos sociales.

Ambos, desde anoche, comienzan una carrera a contrarreloj de 28 días para hacer alianzas y cautivar a más del 46% de los votantes que respaldó a otros candidatos.

¿Reversión de resultados en segunda vuelta?

Para configurar el escenario con miras al balotaje del 19 de diciembre, resultaba fundamental observar el que obtuvo la mayor cantidad de votos y su diferencia con el segundo, aunque este asunto queda en un lugar menos importante, dada la importancia simbólica del triunfo. Es un asunto que empuja a Kast, que alcanza unos 150.000 sufragios por sobre Boric. El punto tiene especial relevancia en Chile, porque desde 1990 cada vez que se ha celebrado un balotaje, llega a La Moneda el candidato que gana en primera vuelta. Sucedió en 1999-2000 con Ricardo Lagos, en 2005-2006 con Michelle Bachelet, en 2009-2010 con Piñera, en 2013-2014 con Bachelet y en 2017 con Piñera.

En este último caso fue especialmente importante porque el actual presidente obtuvo solo un 36% de los sufragios en la primera vuelta.

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En esta oportunidad, sin embargo, algunos expertos han llamado a tener cuidado con proyectar las segundas vueltas de manera lineal y con datos del pasado, porque no importa tanto el que haya quedado primero, como el que tenga la capacidad de hacer alianzas. Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional, asegura que efectivamente la tendencia en América Latina entre 1978-202 ha mostrado que el que gana primera vuelta, triunfa en el balotaje. Pero hay 16 casos de "reversión de resultados" en segunda vuelta.

Y aunque en Chile nunca el segundo ha ganado un balotaje, esta vez no hay que descartarlo, dice Zovatto, por las características inéditas de esta elección presidencial, que se concentra en los polos y no en el centro.

La segunda vuelta de la presidencial será menos por la esperanza en el candidato propio que por el miedo a la opción contraria.

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Parisi, el tercero

Fue la sorpresa de la jornada electoral, donde la participación estuvo en torno al 47%, como la primera vuelta de 2017: el resultado de Franco Parisi, el candidato presidencial que no pisó Chile ni para inscribir candidatura ni para hacer campaña y ni siquiera para sufragar este domingo. Logró el tercer lugar con el 13%, en una apuesta política que se ha basado en las faltas de regulación de la actual legislación electoral chilena para este tipo de extrañezas. Tres puntos por sobre su primera aventura electoral a La Moneda en 2013, cuando obtuvo un 10,11%, la gran incógnita apunta a resolver: ¿dónde irían los votos de Parisi en el balotaje, cuya candidatura ha estado en permanente sospecha?

Para el experto electoral Mauricio Morales, "es un voto ideológicamente difícil de clasificar en el eje izquierda-derecha, porque es un votante pragmático", asegura. "Pero tiendo a pensar que a su electorado le hace mucho más sentido el orden que la revolución, por lo que parece más cercano a la plataforma programática de Kast que a la de Boric", dice el académico de la Universidad de Talca. Agrega un dato: tanto a Parisi como a Kast les fue particularmente bien en el norte, por lo que resultan respaldos complementarios más que competitivos.

Juan Pardo, sociólogo de Feedback, asegura que "el voto de Parisi no pertenece a nadie".

"Es una mezcla tremendamente heterogénea. Estimo que la mitad de ellos nunca votaría por Kast, aunque otra parte significativa probablemente tampoco lo haría por Boric. Se trata de una masa electoral impredecible, orientada al centro políticamente y muy crítica de la gestión de Piñera y muy sensibles a los temas económicos", analiza el presidente del gremio de encuestadoras. Y anticipa: "El lema de la segunda vuelta será la suma de todos los miedos".

Las señales de los derrotados

Para proyectar el escenario del balotaje serían fundamentales las señales explícitas y rápidas de apoyo de las candidaturas que fueron derrotadas. En el caso de Sichel, fue el primero que reconoció el fracaso, con el 30% escrutado. "No voy a votar por Boric y tengo diferencias programáticas con Kast, que estoy dispuesto a conversar", aseguró el candidato del oficialismo que obtuvo 12,5% y que con su gesto abrió la puerta al diálogo, al que se había resistido.

Luego, estos dichos fueron respaldados por miembros de las directivas de RN y la UDI que concurrieron al comando Kast, que en su discurso dio señales de amplitud y renunció a la presidencia del Partido Republicano.

En la oposición, Boric por la noche llamó a "no ningunear" a los que votaron por otras opciones y "mirar más allá de las fronteras propias", en señal de apertura. Antes, el primero que reaccionó fue el presidente de los socialistas, que empujaron por estar en la carrera presidencial con el Frente Amplio y el PC, en un plan frustrado. Antes incluso de que hablara Provoste, el senador Álvaro Elizalde entregó el apoyo de su partido a Boric: "Queremos llamar a todos los chilenos y chilenas a votar en la segunda vuelta en favor del candidato Gabriel Boric, sin ambigüedades".

Luego, Provoste aseguró que sea cual sea el resultado del balotaje la DC estaría en la oposición. Y pocos minutos más tarde, la presidenta de su partido descartó un apoyo inmediato a Boric y anunció que los pasos del partido con miras al balotaje se resolverán en una Junta Nacional: "No daremos un cheque en blanco", aseguró Frei, poniéndole precio al 11,7% de su abanderada.

La guerra cultural y la convención

En paralelo a los resultados electorales –que dejaron a la derecha con 70 de los 155 diputados y con la mitad del Senado–, está en juego en Chile una guerra cultural entre dos miradas distintas acerca de la coyuntura y el pasado reciente. En una elección donde probablemente salieron a votar los mayores que se habían restado de los últimos procesos, con el resultado de anoche resulta evidente que fracasó la apuesta de Apruebo Dignidad y de la oposición que buscaban a instalar a Kast como el candidato del 20% del "Rechazo" a la nueva Constitución: en el 80% del "Apruebo" hubo un electorado heterogéneo y volátil, como se ha demostrado consecutivamente en las últimas elecciones, sobre todo de 2010 a la fecha.

Para la política comienza, probablemente, el momento de valorar si el acuerdo del 15 de noviembre de 2019 era la respuesta que Chile esperaba a las demandas inmediatas, como pensiones, salud y educación. Porque el candidato que este domingo llegó primero, Kast, fue el único de la papeleta que votó "Rechazo" en el plebiscito por la nueva Constitución en 2020 y lo defendió sin pudores en toda la campaña.

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