Desplome histórico este año, pero fuerte repunte en 2021: las claves del IPoM más pesimista del Banco Central
Quizá lo que más sorprende es la magnitud de los ajustes que realiza el instituto emisor, acusando el impacto de la extensión de las cuarentenas.
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Tal como se anticipaba, el Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio del Banco Central traería malas noticias. Quizá lo que más sorprende es la magnitud de los ajustes que realiza el instituto emisor, acusando el impacto de la extensión de las cuarentenas y del aumento en los contagios a nivel nacional.
Caída histórica del PIB
En el reporte que acaba de ser publicado, el instituto emisor anticipa que la economía se contraerá entre 5,5% y 7,5% este año, un empeoramiento desde el rango entre -1,5% y -2,5% que anticipaba en marzo. Incluso, en dicha oportunidad el emisor fue una de las primeras entidades en advertir la posibilidad de que la economía chilena se contrajera este año producto de las medidas de aislamiento para contener el virus.
De cumplirse los pronósticos, estamos hablando del desplome más acentuado de la actividad en los últimos 35 años, según el banco, cuando el país aún no se recuperaba del efecto de la crisis bancaria del período 1982-83.
"La evolución de la pandemia del Covid-19 y las acciones adoptadas para su contención constituyen un shock sin precedentes y de gran magnitud para la economía mundial. Su impacto inmediato ha sido severo, su prolongación mayor a la esperada y sus repercusiones de largo plazo aún inciertas. Todo esto ha hecho que el deterioro de la actividad y el empleo sean mayores a lo previsto hace solo unos meses, manteniéndose un alto grado de incertidumbre respecto de la evolución de la pandemia y las estrategias más adecuadas para combatirla. Ningún país del mundo ha escapado a este fenómeno, proyectándose que la mayoría de ellos experimente significativas caídas de la actividad este año. Chile no es la excepción", explicó el Consejo al inicio del documento.
De esta manera, el banco se alinea con los pronósticos más pesimistas del mercado, como Econsult -caída de 8% del Producto- y más abajo que la última Encuesta de Expectativas Económicas (EEE), que arrojó una baja de 4,8% de la actividad este año.
El pronóstico del Central será una referencia para lo que haga el Ministerio de Hacienda y la Dipres el lunes, cuando actualicen su escenario macro, dejando atrás la caída de 2% que anticipaban para el Producto en abril.
Menor demanda interna
El banco también corrigió de forma considerable su expectativa para la caída de la demanda interna este año, anticipan un desplome de 10,4%. Esto se compara con la baja de 5,8% que preveía hace apenas tres meses, cuando los efectos de la pandemia no se sentían con tanta fuerza en la actividad.
Consumo e inversión a la baja
En línea con lo anterior, la autoridad monetaria aplicó fuertes ajustes al consumo y la inversión, producto de las restricciones a la movilidad y la actividad económica.
En el caso del primero, anticipa una merma de 4,2%, en circunstancias de que en marzo preveía solo una contracción de 1,9%.
Por el lado de la inversión, medida como formación bruta de capital fijo, el desplome es histórico y nos lleva a recordar los peores años de la crisis de los 80: caída de 15,9%, casi el doble del 8,2% de baja prevista hace apenas tres meses.
¿Estabilización del comercio exterior?
Una de las noticias que llama la atención dentro del IPoM es que las perspectivas para el comercio exterior se mantienen casi inalterables respecto a marzo.
Así, el banco pronostica que las exportaciones cederán 0,3% en el año, mejor que la caída de 2,3% del reporte previo, mientras que las importaciones -afectadas por la menor demanda doméstica por las restricciones sanitarias- se contraerán un 14,1% este año, seis décimas inferior al pronóstico de marzo.
Afina la puntería para 2021
Al igual que el informe publicado a inicios de marzo, en esta oportunidad el Banco Central concentra las malas noticias en 2020 pero apuesta a una rápida recuperación el próximo año, la que de todas maneras no logrará compensar íntegramente la pérdida de Producto este ejercicio.
Así, para el PIB estima un rango entre 4,75% y 6,25%, mejor al 3,75% y 4,75% de marzo y que inclusive sorprendió a varios analistas en la oportunidad.
Aquello se compara, por ejemplo, con el pronóstico de expansión de 4,3% que prevé Hacienda en 2021 y el 4% que anticipa la última EEE.
En el resto de los indicadores, el banco mejoró sus proyecciones. Tal es el caso de la demanda interna (7,7% versus 5,3% en marzo), el consumo (6,6% versus 4,7%) y la inversión (8% comparado con el 5,1% del reporte previo).
Eso sí, el escenario es relativamente peor para el comercio exterior, con las exportaciones creciendo 3,2% versus la apuesta de 4,3% del IPoM de marzo, mientras que para las importaciones los pronósticos mejoran en 2,8 puntos porcentuales, a una expansión de 11,2% este año.
La inflación deja de ser un problema
Ya lo había anticipado el consejero Pablo García en una entrevista en DF en mayo: la inflación parecería ya no ser un problema para el Banco Central.
En línea con la deprimida actividad y la caída en la cotización del dólar, los precios internos se han contenido y las expectativas ya apuntan a la parte baja del rango meta del emisor o incluso más abajo.
Así, en el IPoM el banco prevé que el IPC cerrará el año en 2%, un punto de recorte en relación a marzo. Así, el promedio pasará del 3,3% que anticipaba en el reporte previo, a un 2,7%.
Para el próximo año la apuesta se ajustó levemente a la baja en una décima, anticipando una variación de precios de 2,8%. Así, la inflación volverá al centro del rango meta de 3% recién el 2022, según los pronósticos del Central.
Mejoran perspectivas para el cobre
En línea con la estabilización del comercio exterior, los cálculos del banco apuntan a una mejoría en la cotización del cobre. Así, en marzo pronosticaba que en promedio se cotizaría en US$ 2,15 por libra este año y US$ 2,45 por unidad el próximo año. En el reporte de junio, en tanto, asume una mejoría para el metal rojo, que se cotizará en promedio en US$ 2,50 por unidad en 2020 y US$ 2,60 por libra el próximo año.
Esto, en línea con la recuperación del metal durante junio, que lo ha llevado a superar la barrera de los US$ 2,50 por unidad.