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Claudia Martínez y el reto pospandemia: “No se puede redistribuir si no se crece y tampoco si no se recauda”

La primera mujer designada profesora titular en la Facultad de Economía y Administración de la UC aborda los temas que le inquietan y que se requieren abordar.

Por: Pamela Cuevas V. | Publicado: Miércoles 9 de diciembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Gentileza: Cesar Cortes UC
Gentileza: Cesar Cortes UC

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Como la primera mujer que rompió el statu quo en la nonagenaria Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica se inscribió Claudia Martínez al ser promovida como profesora titular hace cuatro semanas por la unanimidad del consejo superior de dicha casa de estudios.

Un hito que tiene a la ingeniería comercial y Ph.D. en Economía de la Universidad de Michigan “muy contenta” por la transcendencia que implica para los registros de universidad “poder ver que se puede, siendo mujer, llegar a reconocimientos altos”, asevera en su primera entrevista desde el ascenso.

Su anhelo es que esta promoción provique en las futuras generaciones de profesionales de la facultad un positivo impacto que les otorgue seguridad para que cada una logre planificar sus carreras “como mejor lo estimen conveniente”.

Martínez, quien además es directora de postgrado del Instituto de Economía, revela que la maternidad “ha sido lo más complicado” para su desarrollo profesional y admite que si bien se ha avanzado dentro de las organizaciones este es parte de los temas “difíciles” que aún genera cortapisas en el ámbito profesional de las mujeres.

“Uno, naturalmente, se toma tiempo cuando tiene hijos y eso obviamente tiene un efecto. Creo que las instituciones están aprendiendo y espero que hayan aprendido a reconocer esas eventuales brechas”, comenta la investigadora afiliada de JPAL LAC (desde 2009) y presidenta de la Fundación Expreso.

Entre sus preocupaciones, en el contexto actual, está el cierre de los colegios porque es un hecho que eso va a aumentar la desigualdad.

“Mientras los colegios no estén abiertos, influye en la participación femenina. Me preocupa que no podamos construir una estrategia y hablar de esto. Veo polarización, es triste”, comenta.

- ¿De qué manera influye la maternidad?

- Que en el fondo uno eventualmente puede tener alguna baja en sus publicaciones o uno se desaparece por un tiempo -digamos- y, por lo tanto, eso puede tener un efecto.

Obviamente, no cambia los requisitos o las calificaciones que uno debe tener por ser mujer, pero sí hay que reconocer que la maternidad toma tiempo.

- ¿Hay avances en el plano laboral respecto a la brecha de género en estos 10 o 20 años?

- Creo que sí. En el tiempo hay un reconocimiento de la importancia de tener mujeres, de la mirada distinta, de la diversidad.

Ahora se reconoce que es bueno tener mujeres en la cadena: mostrando, investigando y haciendo en distintas cosas. Eso, en mi tiempo, no sé si existía la verdad.

Veo en las generaciones de ahora que son mucho más empáticas a esto.

- Desde las empresas, ¿qué más se puede hacer?

- Es imposible que el Estado lo resuelva todo, parte importante del tema de la mujer es cultural y eso pasa tanto por los empleados como por los empleadores. En un país escandinavo en que intentaban ver por qué los hombres no tomaban el posnatal, encontraron que si el jefe lo tomaba era más probable que el empleado lo tomara.

Entonces, la recomendación de política es simple: si es hombre y es jefe o si es empresario, tómese el posnatal y muestre que en esta empresa se puede tomar el posnatal y que es algo socialmente bien visto.

Hay cosas que las empresas pueden ir haciendo para mostrar en los hechos que, efectivamente, la crianza es algo que se entiende como compartido.

Recuperar el crecimiento con más bienestar social

- Desde el estallido social y durante la crisis sanitaria ha sido convocada a participar por el Gobierno en distintas mesas de expertos transversales. ¿Qué fortalezas cree que tiene el país para hacerse cargo de la pandemia y luego del conflicto social?

- El precio del cobre está subiendo, eso nos da un poquito de alivio. Se ha gastado harto en educación y hay hartas personas que han podido estudiar, realizar estudios de magíster, doctorados y creo que tenemos un conocimiento que eventualmente no existía en décadas anteriores. Y, quiero creer que ese nivel de conocimiento puede ser bien usado. Esas son fortalezas.

- Asumiendo que está ese conocimiento, ¿qué reformas o políticas públicas más innovadoras se podrían pensar?

- Hay muchas organizaciones sociales de base, fundaciones y también municipalidades que pueden entender mucho más las necesidades específicas de las personas y, en ese sentido, creo que entregar recursos a estas fundaciones o transferencias a las municipalidades podría ser útil. En ese sentido, dar aire para que se generen innovaciones que en el sector público son difíciles que se generen y que se implementen.

Tenemos un millón de desafíos, pero claramente una de las demandas que uno escucha mucho es el tema de la desigualdad. Ahí vamos a tener que pensar bien cuál es el tipo de Estado que queremos, qué tipo de intervención estatal y de sociedad queremos.

En ese sentido, eventualmente, habría que aumentar la recaudación tributaria y aumentar el gasto social. Hay una esfera de rediseño e implementación, pero también hay que pensar si podemos sustentar las demandas que existen con el nivel de recaudación y de gasto que tenemos.

- ¿Y cómo se puede avanzar con una recaudación fiscal progresiva para mejorar el bienestar social e incentivar el crecimiento?

- Es claro que está la preocupación, eso es lo primero. En el corto y mediano plazo está todo muy mediado por la pandemia. Es decir, claramente la recuperación económica y del empleo depende de forma crucial de si tenemos segunda ola o no y de cuán fuerte es, por lo tanto estamos con un nivel de incertidumbre muy alto. Eso por una parte.

Por otro lado, hay una preocupación por el largo plazo y en la comisión tributaria (convocada por el Ministerio de Hacienda) en eso estamos. Me parece que el que exista esa preocupación y esa discusión entre economistas que vienen de distintos puntos del espectro es clave.

No es claro como se resuelva. Tenemos un montón de lecciones y en el fondo el tipo de recaudación, de gasto y de Estado que queremos no es algo que se tenga que definir en esas comisiones, no es algo que uno tenga que definir como economista, sino que más bien tiene que venir del diseño político. Eso es lo que se define en las elecciones.

Entonces, me parece correcto que los técnicos estemos haciendo lo que tenemos que hacer -mirar, sacar los datos y entender lo que funciona y lo que no funciona- y ser cautos.

Como economista hay que ser cuidadoso en que uno sabe, o espera saber, de eficiencia, pero no existe algo como una redistribución óptima, sino que eso viene según como se dan las preferencias que la sociedad tenga por redistribución. Es decir, que el nivel de gasto óptimo depende de cuánta redistribución se quiera realizar y también depende de la pérdida de eficiencia que se genera en general al recaudar para redistirbuir.

Yo, ciertamente tengo mis preferencias personales, pero hay que ser cuidadoso en diferenciar las preferencias personales de lo que es el análisis técnico que uno pueda hacer. Y en el análisis técnico, uno sí puede hacer un diseño y desde el punto de eficiencia dar su opinión.

- Desde sus preferencias en qué tipo de innovación se podrían pensar y hacer en la redistribución, por ejemplo.

- No se puede redistribuir si no se crece y tampoco se puede redistribuir si no se recauda, entonces hay que avanzar en las dos direcciones.

Dado mi trabajo en la comisión, me complica responder más en específico…

-¿Considera que se ha hecho lo adecuado en los subsidios al empleo y en el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)?

- Es imprescindible ayudar financieramente a las familias cuando les están pidiendo que se queden en la casa. Mi preocupación general -mirando hacia atrás- es llegar a tiempo, por lo que en ese sentido me parece bien que en la Ley de Presupuesto se haya dejado el IFE para que se pueda activar cuando se necesite. Es un avance.

La segunda preocupación es que la crisis es tan sistémica que en el fondo con la focalización usual que hacemos, queda mucha gente afuera y se generan estas sensaciones de enojo, de que no se entiende, que llegó tarde, etc. Quizás uno podría entregar subsidios de forma más pareja sin tanta postulación, entendiendo la emergencia. La urgencia es más importante, eventualmente se pueden establecer de una forma más universal; no completamente universal, eso podría ser analizado.

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