Aplicar la reforma y apuntar a la calidad entre los desafíos del futuro titular de Educación
"Varela tiene una mirada de sociedad que es coherente con el programa de Piñera".
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El nombre de quien conducirá la cartera de Educación durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera fue una de las grandes interrogantes en la víspera del anuncio ministerial, considerando que la cartera en la primera administración del empresario tuvo cuatro titulares y uno de ellos removido vía acusación constitucional. Pero junto con develarse el misterio y confirmarse que será el abogado Gerardo Varela quien encabezará dicho ministerio, surgieron las críticas de los actores del sector dado el perfil del futuro ministro.
Y es que en sus columnas y recientes declaraciones, Varela defendía posturas tales como que “la educación, como la salud y la seguridad, son tanto derechos como bienes económicos”. También planteó que la solución para la educación no va de la mano de la gratuidad, “que el desafío es cómo seguir atrayendo inversiones, competencia y talento a un sector que la requiere con urgencia”, lo que a su juicio “se logra con libertad para organizarse, libertad para financiarse y libertad para educar”.
Y si bien los mismos expertos admiten que la designación de Piñera los tomó por sorpresa, pues su nombre no circulaba en el área educacional, valoran la labor que el abogado tuvo como miembro del directorio de Escuelas para Chile, organización dedicada a reconstruir escuelas tras el terremoto del 27 de febrero de 2010, a lo que suman sus habilidades en gestión, resolución de problemas y su disposición a conversar con los distintos sectores. Pero los grandes desafíos para la cartera, según los expertos contactados por DF, serán la implementación de las reformas aprobadas por el actual gobierno, apuntar a la calidad y enfrentar a sus detractores, quienes ya comienzan a preparar un nuevo ambiente marcado por el anuncio de nuevas movilizaciones.
"Varela tiene una mirada de sociedad que es coherente con el programa de Piñera"
Para el fundador de Acción Educar, Raúl Figueroa, el nombramiento del próximo ministro de Educación "efectivamente fue sorpresivo", además que "no era un nombre que circulara en el área".
Sin embargo, para quien también trabajó en el equipo de educación del programa de gobierno de Sebastián Piñera, "Varela es una persona muy profesional, que tiene una alta capacidad para identificar problemas y dar rápidamente con las soluciones, lo que a mi juicio son esenciales para abordar un ministerio tan complejo como el de Educación", dice Figueroa.
- ¿El perfil de Varela calza con el programa presentado por Sebastián Piñera?
- Su perfil calza perfectamente con el programa de gobierno, es un hombre que además tiene una mirada de sociedad que es muy coherente con el programa, donde el rol de la sociedad civil se reconoce como fundamental, en conjunto con una articulación adecuada que tiene que ver con el Estado.
- Las críticas que ha recibido el futuro titular de Educación sobre sus columnas, ¿son validas para su rol de ministro?
- En su rol de columnista obviamente tiene que tener un carácter provocador que haga interesante la lectura de las columnas y, en ese sentido, hay ciertos giros literarios que están muy permitidos para un columnista.
Él tiene el talento suficiente para distinguir el rol del columnista del rol de ministro, en ese sentido no veo que haya alguna dificultad y es importante que la ciudadanía sepa distinguir esos roles.
- ¿Cuáles serán los principales desafíos para la cartera?
- Volver a poner el foco en la sala de clases. Tenemos que dejar de lado la discusión estructural y centrarnos en lo que el sistema educacional necesita y, en ese sentido, darle espacio a los establecimientos para que puedan llevar a cabo su labor de manera apropiada es un desafío importante. Lo segundo es implementar una serie de reformas que fueron aprobadas durante este gobierno y que al siguiente le corresponderá llevar adelante, y ahí el desafío es monitorear para corregir todo aquello que haya que corregir, pero fundamentalmente llevarla con un sello propio, de reconocimiento al aporte de la sociedad civil, que es un eje central del programa de gobierno.
- Existe la posibilidad de que en marzo el movimiento estudiantil vuelva a las calles, ¿qué espíritu dialogante deberá tener Varela?
- El espíritu dialogante de Varela lo ha exteriorizado con total claridad. Lo que uno esperaría es más bien un espíritu dialogante de quienes sin conocer al ministro, y sin que haya iniciado su trabajo, ya le están señalando que le van a hacer la vida imposible, eso suena a un espíritu poco dialogante, quien debe cambiar de actitud no es el ministro, él ya ha dicho que está dispuesto a escuchar a todos, sino que quienes lo están amenazando con impedirle llevar adelante su función.
- ¿Cuál es el sello que debiese dejar este ministerio?
- El ministerio debiese implementar una serie de cambios que está obligado a llevar adelante, como consecuencia de las reformas ya aprobadas, asegurando que esa implementación va a tener como foco lo que ocurre dentro de la sala de clases y el reconocimiento de la sociedad civil para poner el foco en la calidad, más que en los ejes estructurales que muchas veces desvían la atención de lo que realmente importa.
"El sello de esta gestión debe ser la calidad en la educación"
A pocos días de que Gerardo Varela fuese nombrado como el próximo ministro de Educación, la directora de Política Educativa de Educación 2020, Nicole Cisternas, cuenta que se reunió con el titular designado. Del encuentro destaca que quedaron "esperanzados de poder concretar colaboraciones y diálogos" y que entienden "que va a estar juntándose con muchas organizaciones como nosotros y también con académicos para escuchar".
-¿Cómo recibieron el nombramiento de Varela?
- Si bien nos sorprendió su nombramiento porque no era una persona cercana al mundo de la educación o que tuviera experiencia previa, entendemos que debe tener otras habilidades en el plano de la gestión, la implementación de temas y que pueden ayudar. Entonces en ese sentido, como organización de la sociedad civil que colabora en las políticas públicas, tenemos una buena impresión de él.
- ¿Y en qué se basa esa impresión?
- Vemos una intención que nos tranquiliza. Primero, que es implementar las reformas aprobadas, o sea pasar una retroexacavadora nos parece que hubiese sido muy nefasto, porque siempre hay cosas que corregir, pero como país tenemos que avanzar a políticas de Estado. Y segundo, es que va a haber un énfasis importante en centrarse en la sala de clases, que como Educación 2020 hemos puesto muy fuerte, la importancia de la calidad. Ya se hicieron aquellas reformas más estructurales, ahora tenemos que centrarnos en que los estudiantes puedan aprender más.
- ¿Cuál debiese ser el tono del futuro ministro ante nuevas movilizaciones estudiantiles?
- En Educación Superior acabamos de aprobar una reforma, pero quedaron algunos temas pendientes que son bien sentidos por el movimiento estudiantil. Todos los ajustes que hay que hacer en el CAE, el fin al CAE, ahí hay una señal importante que puede ser un tema que se puede legislar rápidamente y que puede ser una señal de entender que el CAE no es una política adecuada para estos tiempos, que se puede generar un crédito que saque a la banca del sistema, que sea un crédito administrado por agencias estatales por ejemplo, a tasas de interés justa, que se saquen aquellas cláusulas que se consideran abusivas, nosotros entendemos que por ahí puede haber un espacio de diálogo y trabajo en conjunto.
- ¿Cuál debiese ser el sello que Gerado Varela debería dejar en esta cartera?
- El sello debería ser un ministerio que quiere mejorar la calidad en la sala de clases. Pese a todos estos avances, no es posible que en Chile egrese más de la mitad de los estudiantes sin las competencias básicas, eso es una vergüenza. Es imposible que podamos lograr un desarrollo efectivo y sostenible, si no logramos que los estudiantes aprendan. Poder, de una vez por todas, implementar nuevas metodologías de enseñanza que cambien la experiencia del aprendizaje, que preparen a los estudiantes para el siglo XXI.