Punto de partida

Olivia Jaras, la gurú del sueldo justo para las mujeres

Vive en Nueva York y hace 18 años creó Salary Coaching, organización que empodera a mujeres a determinar su valor de mercado.

Por: Isabel Ovalle | Publicado: Sábado 1 de agosto de 2020 a las 21:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

La primera vez que Olivia Jaras (36) tomó consciencia del tema fue en 1993, cuando tenía 10 años. Producto de una enfermedad al corazón, su padre tuvo que radicarse junto a su mujer en San Francisco, Estados Unidos donde se sometió a un trasplante. Durante una década la joven y su hermano Ben se quedaron en Santiago a cargo de la niñera que los cuidaba desde que nacieron.

En 2002, se trasladaron al país norteamericano y tuvo que alejarse de ella. Al despedirse, la cuidadora le dijo: "Yo fui feliz con ustedes. Pero hay millones como yo que por este mismo trabajo no son reconocidas". Sin sospecharlo, fue esa la frase que años más tarde la empujaría a iniciar una batalla. "Creo que fue ahí cuando nació mi inquietud de reconocer el valor que tenían las mujeres en sus trabajo, independiente de sus estudios y oportunidades anteriores", comenta la chilena.

1.231 entrevistas

En Boston, Olivia estudió economía y relaciones internacionales en la universidad de Tufts de donde egresó a principios de 2006.

A los pocos meses conoció a Paul Turbeville -miembro de la academia militar- y se casaron. Lo llamaron a formar parte de las filas norteamericanas en Irak y no supo de él (salvo por cartas) durante un año.

A fines de 2006 Olivia aceptó una oferta para trabajar en Mercer, una compañía internacional de recursos humanos en la que su función era fijar los sueldos de las personas que eran contratadas por distintas compañías. Al poco andar, la chilena se dio cuenta que, en las negociaciones salariales, las mujeres eran menos valoradas y que esto no dependía sólo del empleador: ellas mismas no reconocían lo que eran capaces de abarcar y su propuesta diferenciadora de valor, era insuficiente.

La joven economista creía que su carrera iba en alza. Sin embargo un día su jefe la citó junto a un grupo de compañeros, y les entregó un sobre. "Yo pensé que se trataba de un aumento de sueldo y cuando lo abrí me di cuenta de que era una carta de despido". Tomó sus cosas y al salir del edificio cargando una caja pensó que aquel sería el peor día de su vida. "Vendría lo más humillante", confiesa. Postuló a 1.231 trabajos, fue a 5 entrevistas y no recibió ninguna oferta. "Fue un año sumamente triste. El desafío está en descifrar cuál es la lección para poder crecer y salir adelante", concluye.

La investigación

Tres meses estuvo encerrada en su departamento. Sin trabajo, lejos de su marido y sin entender cómo, teniendo un currículum destacado no la contrataban en ninguna parte. Fue en ese período de "retracción personal", cuando se dio cuenta que el problema no era de ella si no que del sistema laboral. "Me propuse descubrir cómo cambiar la forma en la que me enfrentaba a una entrevista de trabajo".

A principios de 2008, postuló al cargo de coordinadora de proyectos y presupuestos en el Banco Interamericano de Desarrollo, fue aceptada y trabajó por dos años. Un día se acercó a su jefe a pedirle un aumento de sueldo porque sus compañeros de trabajo ganaban 200 dólares más que ella y tenían las mismas responsabilidades. "Mi jefe me echó de su oficina y me dijo que ese no era argumento para solicitar un alza salarial. El compararme con otro no valía, el argumento tenía que venir de mis capacidades, de lo que yo aportaba a la compañía". Esa primera negociación fallida la hizo renunciar.

Por circunstancias personales, junto a su marido se mudaron a Hannover, New Hampshire. Fue ahí cuando Olivia decidió investigar sobre la brecha salarial de género.

Lo primero que identificó fue que la diferencia en los sueldos entre hombres y mujeres -que en Estados Unidos es del 75% y en Chile del 73%- se daba porque los argumentos para negociar en el caso de las mujeres no tenían relación con cuánto ellas contribuían a la compañía, si no que respecto de lo que hacía algún "colega". Eso no es todo. "En la mayoría de los casos, la contratación cierra al 24% de lo que se sugiere la mujer, mientras que los hombres lo logran por más del 50% de la propuesta inicial", argumenta.

A su juicio, ellas, o no saben cuánto valen o no cuentan con herramientas para pedir lo que quieren. La especialista es enfática en determinar que la inseguridad es un factor recurrente en las mujeres al momento de negociar un salario: "Es un detalle sutil pero bastante recurrente, nos pasa a todas, y pensamos: 'Cómo le voy a pedir eso a mi jefe, sé que no me va a dejar salir más temprano o no voy una semana más de vacaciones'". Eso, pensó ella, debía llegar a su fin. "Yo lo haré", prometió.

 Imagen foto_00000004

Forbes y el libro súper ventas

Olivia montó una oficina en su departamento y comenzó a contactar a mujeres para asesoralas. La primera fue Radha, una doctora que acababa de terminar su residencia y quien ayudó a negociar un alza en su sueldo inicial de US$ 80.000.

Las solicitudes crecieron como la espuma. Y su negocio también: de los US$ 80 que cobraba inicialmente hoy su hora vale más de US$ 1.500. Su cartera de clientes pasó de veinte -todas norteamericanas- a más de mil en cinco años. Lo mismo con su equipo de trabajo el que está compuesto por 10 mujeres que trabajan desde sus casas.

Hace un par de meses la fundación Bill y Melinda Gates la contactó para sumarla a su equipo pero prefirió mantenerse al margen: su consigna es que no importa cuánto hagan los gobiernos y las compañías por acortar la desigualad salarial si las mujeres no se valoran a si mismas en primera instancia. De todas maneras, no descarta sumarse al equipo del fundador de Microsoft pero "en un par de años más, cuando vea un cambio significativo en la actitud femenina".

Es por esta razón que su batalla la quiere dar en el ámbito corporativo. Asesora a compañías Fortune 500 de la talla de Google y Linkedin y su trabajo aparece frecuentemente en Forbes,CNN, BBC y otros medios del mundo. CNN la llama la "Gurú del CV".

En las empresas y fundaciones con las que trabaja, Olivia y su equipo capacita a mujeres en negociación salarial, comunicación no verbal y persuasión. En conjunto, revisan currículums, perfiles de redes sociales y les entrega herramientas para rediseñar sus carreras y determinar sus propósitos laborales.

Actualmente su modelo mutó a uno 100% digital a través de una oferta de siete programas online de 14 días con grupos que varían entre 80 y 200 participantes simultáneamente. "Mi meta es acortar la brecha salarial masivamente y no lo lograré si ayudo de una en una. Tengo que hacerlo masivamente".

Recomienda que las mujeres utilicen herramientas propias de la feminidad con el fin de generar empatía y lazos de confianza. "Si te empoderas en tu rol, las negociaciones pueden llegar mucho más lejos que las de cualquier hombre", asegura.

Ha sido tal el éxito de su hazaña que en 2016 escribió Know Your Worth, Get Your Worth: Salary Negotiation for Women (Descubre tu valor, obtén lo que tienes), libro que se convirtió en bestseller mundial, y que tiene su versión en inglés y español y se puede descargar de manera digital.

Este asunto, explica ella en los documentos que ha preparado, también tiene ribetes culturales. "En Latinoamérica es mas difícil negociar porque las mujeres no se dan cuenta de todas las herramientas que tienen a su disposición para lidiar con el machismo y sacar ventaja de ello", señala Jaras. Los datos lo confirman: según el Informe Global de Brecha de Género 2020 del Foro Económico Mundial indica que en Chile los hombres y las mujeres tendrán igualdad salarial en 257 años más.

Tiene planes para viajar Chile en el corto plazo -"cuando la pandemia lo permita"- y analizar en terreno los avances.

 

Lo más leído