AB InBev en Chile: reordena operación y apuesta por energía renovable
Firma, que está duplicando su capacidad, firmó un contrato de suministro con Enel Green Power.
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La cancha en que compiten los grandes actores cerveceros en Chile ha mutado en pocos años. El consumo de este producto se ha acelerado, quienes compran son cada vez más exigentes y el número de actores artesanales han comenzado a ganar terreno.
Para Anheuser-Busch InBev -la mayor empresa cervecera del mundo, que opera en el país como AB InBev Chile, nombre que sustituyó al de Cervecerías Chile-, esto plantea nuevos desafíos. Esa es la razón por la cual realizó una serie de ajustes en su operación, que comenzaron con la ampliación de su planta -que tiene un 70% de avance- con una inversión US$ 100 millones.
Este paso –que triplicará su capacidad- fue sólo el primero. José Antonio Alonso, gerente de Asuntos Corporativos de la compañía que mantiene 27,7% del mercado en Chile, esta ampliación productiva implicará una mayor demanda energética, lo además les permitirá cambiar su fuente de energía a renovable.
Por eso, cambiaron de régimen, pasando de estar en el grupo de regulado al de clientes libres, lo que les permitió negociar un contrato de suministro directamente con el generador, que en este caso será Enel Green Power.
El proceso se dio a través de una licitación en el cual se terminaron disputando el contrato tres oferentes.
“Hubo un porcentaje de ahorro en relación al precio, y además, la operación con la planta nueva va a ser más eficiente desde el punto de vista del consumo. Además de ser 100% renovable, vamos a tener un ahorro aproximado de 11% en demanda de electricidad”, explica.
Esto se dará en paralelo a iniciativas en torno a reducir el uso de agua y la huella de carbono.
Reordenamiento
Una serie de ajustes operativos ha realizado la multinacional con sede en Bélgica en función de responder de mejor manera a la nueva competencia en Chile y otros mercados.
Activó a mediados del año pasado un reordenamiento de su operación a nivel global, que también consideró Chile. ¿El objetivo? Ser más eficientes, facilitando la toma de decisiones en los distintos mercados donde opera.
“AB InBev tenía nueve zonas, dentro de esas estaba Latinoamérica Sur, donde estaba Chile, Argentina, Paraguay y Bolivia; Brasil era una zona propiamente tal, y Perú, Ecuador y Colombia eran otra zona”, dice.
El ajuste implicó que ahora Chile reporte directamente a Brasil tras fusionar algunas zonas.
En paralelo, la empresa ha apostado en Chile por innovar mediante una “línea de negocios disruptiva” que, según el ejecutivo, “opera fuera del core business y se dedica a buscar alternativas comerciales a través de nuevas tendencias. Ahí tenemos de alguna forma incorporadas las cervezas craft (artesanales) y otras formas de comercialización”.
Actualmente, la compañía importa dos tercios de lo que produce en Chile. Entre sus marcas se encuentran Corona, Budweiser, Stella Artois, Cusqueña, Becker, Báltica, entre otras. Su rival, CCU, comercializa Cristal, Escudo, Heineken y otras.
El plan es producir la mayoría de sus marcas en Chile –a excepción de Corona, que solo se hace en México-, por cuanto se encuentra trabajando en un paso relevante para este objetivo: afinar la operación de su planta para producir la emblemática Budweiser.
“Hay una serie de procesos a nivel técnico y de elaboración que se tienen que ir cumpliendo. Budweiser junto con la Bud Light, parte también de nuestra empresa, es una de las más valoradas del mundo. Para nosotros, poder hacerla en Chile tiene que cumplir una serie de estándares técnicos que permitan y certifiquen que va a ser la misma calidad y el mismo sabor, por lo tanto nuestra planta tiene que estar preparada y lista. Eso esperamos tenerlo en los próximos dos años”, sostiene el ejecutivo.