En contraste, en un escenario de mayor PIB, demanda y precio del cobre, la mayor recolección de ingresos para el Fisco totalizaría US$ 14.527 millones entre 2026 y 2029.
Algo menos de una semana ha transcurrido desde que el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos (Dipres) dieron a conocer el esperado Informe de Finanzas Públicas (IFP) del primer trimestre de este año, en el que incorporaron una serie de medidas para recortar el gasto público, en un monto cercano a los US$ 2.000 millones mediante la vía administrativa y legislativa.
Todo esto, en búsqueda de no repetir el escenario de incumplimiento de la meta fiscal durante el 2024.
Uno de los aspectos más llamativos del informe fue que el Ejecutivo no modificó el escenario macroeconómico para este año, manteniendo en 2,5% su proyección de expansión del Producto Interno Bruto (PIB), en circunstancias de que el mercado más bien apuesta a cifras cercanas al 2%.

¿La razón? El ministro Mario Marcel y la directora de Dipres, Javiera Martínez, explicaron ante el Congreso que se actualizará la perspectiva macro en las próximas semanas, debido a los altos niveles de incertidumbre que ha generado la situación arancelaria global, ante las tarifas impuestas por la administración de Donald Trump en Estados Unidos a varios países, incluido Chile.
Sin embargo, el IFP sí incorporó escenarios denominados de "sensibilidad" o "alternativos", donde un mejor o peor panorama para los principales indicadores macroeconómicos podrían tener una incidencia no menor sobre los ingresos que percibe el Estado, algo de interés principalmente para la nueva administración que asuma La Moneda en marzo próximo.
Así, el reporte contempla un escenario mucho más pesimista para el lapso 2026-2029, que implica un menor crecimiento del Producto -tanto minero como no minero-, una demanda interna más baja y un precio del cobre inferior al escenario base.
En esta simulación, los ingresos efectivos que percibiría el Estado serían menores en US$ 3.490 millones en relación al escenario base, acumulado entre 2026 y 2029.
Dicho ejercicio considera que los ingresos del Fisco se reducirían en US$ 1.684 millones el próximo año, para luego decaer en US$ 1.029 millones un año más tarde. En cambio, entre 2028 y 2029 se amortiguaría la baja, aunque las magnitudes siguen siendo considerables: US$ 374 millones y US$ 403 millones cada año, respectivamente.
¿Qué considera dicha simulación? Un PIB y una demanda interna más cercanos al 2%, así como un precio del cobre rondando los US$ 4 la libra promedio.
En contraste, en el caso de que la economía y la demanda interna crezcan más cerca del 2,5%-3%, con un precio del cobre más cercano a US$ 4,5 promedio por unidad, la mayor recolección de ingresos para el Fisco totalizaría US$ 14.527 millones entre 2026 y 2029, cifra que sería ascendente, partiendo en US$ 3.082 millones en 2026, US$ 3.544 millones un año más tarde, US$ 3.908 millones en 2028 y cerrar el horizonte de proyección en US$ 3.993 millones.
Lo que implica cada escenario
En el documento, la Dipres explica que el escenario de sensibilidad optimista se caracteriza por una mayor actividad internacional con un contexto deficitario en el mercado internacional del cobre producto de una mayor demanda y una oferta restringida.
"Esto gatillaría un alza en el precio del cobre y una mayor apreciación en el tipo de cambio. En este contexto se estimularía en el margen la producción y la inversión principalmente en el sector minero, generando un impulso en el resto de la economía, particularmente el consumo, por cual aumentaría el PIB no minero y la demanda interna", señala el IFP.
En cambio, el escenario de sensibilidad pesimista se caracteriza por un aumento de la incertidumbre local y externa, principalmente por una agudización de las tensiones comerciales y geopolíticas, generando un menor impulso externo, lo que afectaría "negativamente" la demanda por cobre ajustando a la baja su precio.
"En lo local, la mayor incertidumbre y menor impulso externo repercutiría negativamente las decisiones de inversión y consumo local, ajustando a la baja la demanda interna, al igual que el PIB no minero", complementa el documento.
Ingresos estructurales
Ahora, cambios en el escenario no solo tienen implicancias sobre la recaudación efectiva, sino también sobre la estructural. O sea, los ingresos con los que dispone el Fisco al "limpiar" por efectos del ciclo económico.
Así, en el escenario de mayor crecimiento proyectado por la Dipres, se percibirían mayores ingresos estructurales en dólares para todo el período por US$1.727 millones en promedio por año.
Esto se debe a que el efecto de la mayor recaudación por el mejor escenario macroeconómico es mayor a la compensación por los ajustes cíclicos que, en el escenario optimista, corrigen a la baja los ingresos estructurales, dice la entidad encabezada por Martínez.
En cambio, un escenario de menor crecimiento se traduciría en menores ingresos estructurales en dólares para 2026 y 2027, por US$ 110 millones y US$ 202 millones, respectivamente, los que luego aumentarían en US$ 242 millones y US$ 148 millones en 2028 y 2029, en cada caso.
"Lo anterior se debe a que la menor recaudación efectiva producto del peor escenario macroeconómico es casi en su totalidad compensada con el ajuste cíclico", explica el IFP.