Banco Central sube todas las alertas por alta inflación a la espera de una recesión más profunda en 2023
IPoM elevó a 12,1% el pronóstico para el IPC al cierre de este año y sobre 6% para el siguiente, en promedio. El PIB crecería entre 1,75% y 2,25% en el año en curso, pero caería de 0,5% a 1,5% el que viene.
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De los “múltiples e importantes desafíos” que enfrenta la economía chilena, la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, asume que “uno de los más relevantes desde el punto de vista macroeconómico es reducir la inflación, un problema que nos está afectando a todos con fuerza”.
La economista presentó este miércoles al Senado un Informe de Política Monetaria (IPoM) teñido por inquietudes inflacionarias. El reporte de septiembre alerta que este año el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerrará en 12,1%, 2,1 puntos porcentuales sobre lo proyectado en junio, corrección que se explica en buena parte por las sorpresas acumuladas en los precios volátiles y la depreciación reciente del peso, que en junio rondaba los $ 820, y ahora los $ 890.
Costa reiteró que la inflación total está “cercana” a alcanzar su nivel máximo de este ciclo, lo que ocurriría durante este tercer trimestre. Los precios comenzarán a mostrar ritmos de aumentos menores a los de los meses previos, con lo que la inflación anual comenzará a reducirse paulatinamente.
Para el año que viene el IPC proyectado subió cerca de un punto desde junio -ahora promedia 6,1%-, reflejando un tipo de cambio real que se ubica entre 3% y 4% por sobre el nivel promedio del segundo trimestre. Al cierre de 2023 habría bajado a 3,3%, quedando seis décimas por encima de lo que anticipaba el IPoM anterior.
El Central mantuvo sin cambios su estimación para 2024, año en que el escenario más probable es el regreso de la inflación a la meta del 3%. La inflación subyacente tendrá una convergencia más lenta, producto de la fuerte persistencia antes mencionada.
La proyección considera mayores efectos de segunda vuelta e indexación, reflejo de la persistencia inflacionaria. Los niveles actuales y la evolución anticipada del tipo de cambio son factores importantes detrás de la corrección de las proyecciones de inflación en el horizonte de política, que más que compensa la reducción de precios internacionales de los combustibles, alimentos y otras materias primas.
El IPoM reconoce que “la prolongación de la situación inflacionaria actual sería altamente costosa, ya que en la medida en que los hogares y empresas comienzan a acostumbrarse y a anticipar mayores velocidades de incrementos de los precios de forma permanente, los costos de reducir la inflación -reflejados en la capacidad de crear empleos, aumentar los salarios y el bienestar general- aumentan en forma sustancial”.
¿Y la tasa?
El martes el Central elevó la Tasa de Política Monetaria en 100 puntos base hasta 10,75%, precisando que se ubica “en torno al nivel máximo que considera el escenario central de este IPoM”. Ayer volvió a reiterar que los próximos movimientos dependerán de la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la convergencia de la inflación a la meta.
Costa explicó que “es un nivel elevado, pero acorde con las cifras que ha alcanzado la inflación y con los desafíos que enfrentamos para resolver este problema”.
Pero, reconoció que el riesgo de observar un fenómeno inflacionario “mucho más persistente” es una preocupación para el Consejo, y que, de concretarse, “podrían llevar a una restrictividad monetaria mayor, por fuera del límite superior del corredor de TPM”. Este riesgo es “especialmente relevante” cuando la inflación ha sorprendido al alza por varios trimestres y las expectativas siguen sobre 3% a dos años.
Las definiciones de Costa
“Tenemos una inflación de 13% anual y llevamos más de un año subiendo la tasa de interés en magnitudes significativas. No es para nada la situación en que quisiéramos encontrarnos y sigue siendo motivo de profunda preocupación y trabajo diario”.
“Quiero ser especialmente tajante en decirlo: en esto no existen soluciones fáciles”.
“Tenemos un compromiso total y absoluto con su reducción (de la inflación) y estoy cierta de que vamos a lograrlo. Es lo que el país necesita y tenemos plena conciencia de que es la mejor contribución que podemos hacer al bienestar presente y futuro de todos los chilenos y chilenas”.
“Reducir la incertidumbre es un proceso largo y complejo, pero posible”.
“Si las proyecciones de este Informe se cumplen, la inflación estaría acercándose a un punto de inflexión. El ritmo de alza de los precios descenderá en los próximos meses y la inflación anual comenzará a bajar”.
El tropezón de la actividad
El Central prevé un mayor crecimiento este año, entre 1,75% y 2,25% -desde 1,5% a 2,5% estimado en junio-. Costa explicó que, después de los resultados del primer semestre, “naturalmente en promedio el segundo semestre tiene una tasa de caída”, la que se va a distribuir entre los dos trimestres.
Este ajuste implicó correcciones para los componentes de la demanda interna: el consumo total esperado para el año es de 2,2%, seis décimas más bajo, y para la inversión se vislumbra una caída de 3,3% -con bajas en maquinaria y equipos, y en construcción y obras-, más moderada que la de 4,8% del IPoM de junio.
Para 2023 el Central asume una recesión más profunda: espera una caída de 0,5% a 1,5%, frente al rango de 0% a -1% que contemplaba en junio. Esto, de la mano de un consumo total que se contraería 4,6% -nueve décimas menos- y de una inversión que bajaría 4,7%, 2,5 puntos peor que hace tres meses.
Para 2024 el PIB se mantuvo en un alza entre 2,25% y 3,25%.
Los consejeros prevén que la economía crecerá por debajo de su potencial por varios trimestres más, con lo que la brecha (entre el PIB de tendencia y el efectivo) “seguirá reduciéndose y se ubicará en niveles negativos a partir de fines de este año”.
La cuenta corriente, tras acumular un saldo negativo de 8,5% al segundo trimestre, cerraría el año en 6,3% del PIB y 3,6% en 2023.
Banco Central sorprende y sube tasa en 100 puntos, su primera decisión dividida desde marzo de 2020
Votación dividida por alza de tasa:
“Compartimos una misma mirada”
El martes el Banco Central subió en 100 puntos base la Tasa de Política Monetaria, a 10,75%, en la primera votación dividida desde 2020. La presidenta, Alberto Naudon y Luis Felipe Céspedes respaldaron la idea que se impuso, pero Pablo García optó por 125 puntos, y Stephany Griffith-Jones por 75 pb.
Costa afirmó ayer, en el Senado y en una conferencia de prensa en la tarde, que todos los consejeros comparten el diagnóstico de lo que está pasando en la economía, las proyecciones contenidas en el IPoM, y el corredor de tasas incorporado.
“Otra cosa es que al tomar su decisión en particular puedan haber apreciaciones algo distintas a la oportunidad, podría ser respecto a la intensidad, o podría ser respecto a cuál es la estrategia que ellos consideran en esos ámbitos que comunica mejor la misma política o la política que siguiere el IPoM”, dijo.
Recordó que el análisis particular de qué opinó cada uno estará disponible en la minuta de la reunión que se publicará en algunos días, pero reiteró que “compartimos una misma mirada que es la que está contenida en el IPoM”. Y, sentenció: “No veo gran tema en la diferencia que hubo en la votación”.
Consolidación fiscal: clave para
“restablecer los equilibrios económicos”
Costa dijo en el Senado que “llevar la inflación de nuevo a niveles que no afecten seriamente a la población, especialmente a la más vulnerable, pasa necesariamente por restablecer los equilibrios macroeconómicos y, en este caso, lo que requiere es una reducción del nivel de actividad y demanda”.
Explicó que la política monetaria “continuará contribuyendo a que este necesario ajuste ocurra de manera eficiente y ordenada”, pero precisó que las acciones que tome el Central para asegurar la convergencia de la inflación a 3% en dos años “dependen significativamente de lo que suceda con las políticas con impacto macroeconómico”.
Destacó que el proceso de consolidación fiscal en curso es “una pieza clave en el camino de reestablecer los equilibrios económicos”, y aclaró que el escenario base del IPoM asume que la trayectoria futura del gasto fiscal será la delineada en el último Informe de Finanzas Públicas, que propone una reducción del déficit estructural a un -0,3% en 2026 y que no se repiten políticas de estímulo a la demanda como las observadas en 2020 y 2021.
“El Banco Central es el responsable de mantener inflaciones bajas y estables, pero hacerlo de manera eficiente y minimizando los costos requiere que las distintas políticas actúen coordinadamente”, recalcó Costa.