Desde el 11 de octubre pasado, cuando el Senado visó el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11), ha estado en duda su ratificación, ya sea porque el Gobierno espera avanzar en las side letters (cartas bilaterales) que negocia con algunos de los países integrantes del acuerdo; o porque el senador Karim Bianchi presentó un requerimiento ante el Tribunal Constitucional (TC) para invalidar la forma como se llevó a cabo el proceso de tramitación en el Congreso.

Por lo menos, este jueves, se resolvió el segundo aspecto, pues el Pleno del Tribunal Constitucional rechazó por unanimidad la admisibilidad del documento ingresado por Bianchi con 42 firmas de diputados.

El senador Karim Bianchi acusó al presidente Gabriel Boric de inconsecuente, porque “pudiendo hacer algo, no hizo nada” para frenar la aprobación del TPP11; sin embargo, acatará la resolución del TC.

El TC no entró al fondo del reclamo del senador independiente, solo se limitó a no aceptar su tramitación debido a que fue ingresado fuera de plazo.

Los ministros del Pleno estimaron que el oficio -que fue ingresado el 19 de octubre en la tarde- resultó extemporáneo al no cumplir con los cinco días “corridos” de plazo, desde que la Cámara de Diputadas y Diputados despachó el informe para su ratificación por parte del Gobierno.

Para algunos parlamentarios adherentes del tratado, la resolución del TC no causó sorpresa, ya que le habían advertido a Bianchi, cuando finalmente logró conseguir las firmas en la Cámara, objetivo que no alcanzó piso en el Senado, que estaba fuera de plazo.

El error de Bianchi

El argumento del parlamentario independiente por Magallanes para su requerimiento tenía que ver con una aspecto de forma y es que, según él, no se había cumplido con la formalidad de escuchar a la Corte Suprema.

Bianchi se amparaba en el artículo 60 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso, que establece que “si el tratado contiene alguna disposición que incida en la organización y atribuciones de los tribunales”, deberá oírse a la máxima corte.

En contraste con esta postura, otros parlamentarios argumentaban que esta exigencia solo correspondía en el supuesto caso de que los tribunales fueran directamente afectados por el tratado, cosa que no estaría ocurriendo en este caso. Pero, adicionalmente, cuando Bianchi consiguió las firmas en la Cámara (42 de 39 requeridas) le hicieron ver que ya había pasado el plazo para presentar el anunciado requerimiento ante el TC, puesto que para ello debía hacerlo en el marco de 5 días “corridos” desde que la Cámara –por donde ingresó el tratado a trámite- informara al Ejecutivo de su aprobación y posterior despacho, pero Bianchi insistió en que se trataba de cinco días hábiles, con lo que se generó un debate que quedó sin zanjar, puesto que el 19 de octubre ingresó el documento, convencido de que ese día se cumplía el plazo. No obstante, con su resolución, el TC le dio la razón a quienes insistían en que ya era tarde para el requerimiento.

En cualquier caso, el senador no había escondido su rechazo al TPP11 y si bien el alegato que llevó al TC era de forma, también tiene reparos de fondo, lo que lo llevó a aseverar que en el mejor de los casos “lo que yo quiero es que no exista este tratado”. Y en todas sus intervenciones en la Sala, durante la discusión y votación del acuerdo dejó abiertamente en claro su postura.

Bianchi lamentó la decisión del TC y que no le hayan permitido defender su tesis de que la Constitución no distingue entre días “hábiles” o “corridos”, lo que atribuyó a la falta de “imparcialidad” del tribunal. Y criticó la postura del Presidente Gabriel Boric, acusándolo de inconsecuente, porque “pudiendo hacer algo, no hizo nada, siendo que cuando era diputado se llenaba la boca en contra de este tratado”.

El debate por el TPP11 enredó a las filas oficialistas entregando señales confusas sobre su destino