Estudio internacional evidencia que la pandemia y la crisis económica elevan los riesgos de ciberfraudes y corrupción
El presidente de ACFE Chile y socio de Deloitte Forensic, Pedro Trevisan, sostuvo que “el 92% de los encuestados considera que los niveles de fraude continuarán aumentando en los siguientes 12 meses”.
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La Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE por sus siglas en inglés) informó que su encuesta internacional de agosto reveló que el 77% de los encuestados dijo que habían observado un aumento en el nivel general de fraude, y 1/3 señaló que este aumento había sido significativo, evidenciando un incremento relevante respecto al estudio de mayo, donde el 68% de los encuestados había visto un aumento en el fraude.
La ACFE, fundada en 1988, es la organización global más importante en la lucha contra el fraude, con más de 85.000 miembros en 180 países y desde el inicio de la pandemia ha realizado un seguimiento al impacto de ésta sobre los niveles de fraude.
El presidente de ACFE Chile y socio de Deloitte Forensic, Pedro Trevisan, explica que la encuesta la contestaron 2.096 examinadores de fraude certificados de todo el mundo, incluyendo Chile donde el 57% de los encuestados investigan fraudes al interior de su organización. En cuanto a los resultados de la encuesta, indica que las proyecciones de los especialistas no son auspiciosas: "El 92% de los encuestados considera que los niveles de fraude continuarán aumentando en los siguientes 12 meses, y casi la mitad espera que ese aumento sea significativo".
Afirma que "no es llamativo que los esquemas vinculados a ciberfraude, que incluyen, intervención de correos corporativos, hackeo, ransomware, y malware, se hayan incrementado. Hemos visto un incremento significativo en Chile. La pandemia ha forzado la transformación digital espontánea o acelerada. Miles de empresas se pasaron al trabajo remoto sin contar necesariamente con la infraestructura tecnológica adecuada y los controles necesarios para hacer frente a los cambios de operación".
Agrega que "los esquemas de fraudes en medio de pagos (tarjetas de crédito, pagos fraudulentos), o por proveedores o vendedores (sobrefacturación, productos fraudulentos, precios inflados) se explican por la necesidad de recurrir a flujos de caja" y anticipa que "a futuro debemos poner atención a los posibles esquemas de fraude en los estados financieros y aquellos relacionados a la corrupción".
Indica que el mundo está en un contexto de crisis económica donde aumenta la presión por mostrar resultados auspiciosos o mantener los ingresos.
"Está más que estudiado que los riesgos de fraude y corrupción se disparan frente a las crisis. La necesidad tiene cara de hereje, y por los datos que tenemos a 2020, los problemas económicos son la razón de uno de cada cuatro fraudes, y los divorcios y problemas familiares están detrás de uno de cada ocho", complementa.
Advierte que "es un escenario complejo, sobre todo cuando las empresas chilenas no han tomado estos temas con la real importancia que requiere. Cuando miramos los datos sobre gobierno corporativo que reportaron las S.A. abiertas a fines de marzo, vemos que uno de cada tres no ha tomado ninguna medida de control, prevención, detección o investigación del fraude y la corrupción, y que la mitad de ellas tiene controles insuficientes". Sobre la racionalización, sostiene que "en la mente del defraudador su conducta es justa, y cuando no es a lo menos justificable".