Bellolio: “Me siento más querido por amigos de Evópoli que me dicen vente para acá y te vamos a tratar bien”
Según el parlamentario, “todos tenemos que entender que la política cambió de una manera brutal en los últimos cinco años”.
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Es reconocido como el diputado rebelde de la UDI y aunque las señales que se perciben desde fuera apuntan a que él ya no calza en su partido, Jaime Bellolio no se resigna y advierte que tiene "alma de salmón, de ir contra la corriente para tratar de empujar mis convicciones".
Crítico de la gestión de la actual timonel, Jacqueline van Rysselberghe, quien anunció que repostulará a encabezar el partido a fines de año, el legislador invita a la dirigenta a dar un paso al costado para el próximo periodo, advirtiendo que para que la UDI recobre su sentido popular y configure una identidad que represente su carácter social, la tienda debe ser liderada por "una directiva distinta a la que está hoy día".
El diputado también aborda los vaivenes de los dos primeros meses de gobierno. Si bien defiende al titular de Hacienda, Felipe Larraín, pone una luz amarilla respecto de los cambios que ha tenido el país en los últimos años, lo que requiere no sólo de mayor transparencia, sino también coherencia, enfatiza.
- ¿Se ha dado un plazo para seguir peleando con los molinos? Porque se lo ve más cercano a Evópoli, por ejemplo, que a la UDI.
- Efectivamente, me siento más querido por varios de mis amigos de Evópoli que me dicen 'vente para acá y te vamos a tratar bien', porque, a veces, dentro del campo propio uno se siente un poquito maltratado.
- A usted se le relaciona con el tema de la probidad y la transparencia. ¿Qué le parece lo ocurrido con el ministro de Hacienda?
- Todos tenemos que entender que la política cambió de una manera brutal en los últimos cinco años. Y hoy día los ciudadanos nos exigen una transparencia y también una coherencia a toda prueba.
- ¿Mal manejo?
- Por supuesto que se podría haber hecho mejor, pero para mí quedó cerrado en el momento que pagó el diferencial y lo otro lo pagó la Universidad de Harvard, no fue a costo del Estado en ningún caso. Creo que sí fue en su calidad de ministro; pero si el discurso es que necesitamos apretarnos el cinturón tenemos que ser extremadamente cuidadosos, especialmente quienes manejan las lucas.
- ¿No le resta calidad moral al ministro el haber anunciado medidas restrictivas y que a la vez se conociera esta información?
- El problema de esta situación es que le da margen a algunos para hacer esa crítica; sin embargo, me parece que son de un doble estándar inaceptable aquellos que han ido a reclamar a Contraloría sobre lo que haya gastado el ministerio, pero que se quedaron calladísimos cuando Michelle Bachelet gastó 26 millones en ir a Brasil por la noche. Aquí tiene que ser el mismo estándar.
- Pero eso pasa en ambos lados, porque ustedes también fueron a la Contraloría cuando la expresidenta Bachelet fue a Brasil en su calidad de Presidenta. Entonces, mucho discurso y poca coherencia de ambos lados ¿o no?
- Ese es el punto, concuerdo contigo, que a mucha gente le molesta. Porque en la ética hay una regla de oro que es exigir para mí lo mismo que le exijo a los demás.
- A diferencia del primer gobierno de Piñera ahora muchos ministros son experimentados.
¿Qué le parecen estos autogoles en dos meses?
- Creo que los problemas que ha habido, que son evidentes y nadie podría negarlos, no empañan la lógica general del gobierno, en que por primera vez, sobre todo el primer mes, se pusieron sobre la mesa temas que estaban olvidados los últimos cuatro años.
- ¿Cómo cuáles?
- Entre otros, que hubiera un espíritu de unidad, un espíritu de encontrar soluciones comunes a problemas que estaban hace mucho rato. Ese discurso, que es justo lo contrario a la retroexcavadora o a la polarización, que fue parte de la campaña, yo lo agradezco profundamente.
- ¿La contingencia ha jugado malas pasadas?
- Los gobiernos tienen que hacerse cargo de la agenda larga, que es la agenda social, pero también de la contingencia; y hoy día la contingencia nos ha desviado de esa agenda larga.
Espero que el 1 de junio, el Presidente nos ayude, como Chile Vamos, a volver a la coherencia de esa agenda larga y nos diga cómo vamos a ir a buscar al resto de los chilenos para que nos transformemos no sólo en una mayoría electoral, sino en una mayoría social que va a implicar que adentro del Congreso tengamos amplio respaldo.
- ¿Así podrán pensar en proyectarse más de un periodo?
- Espero que así sea. Eso va a depender exclusivamente de nosotros, de sintonizar con esa mayoría del país que nos dio un mandato súper claro y a la que hay que cumplirle. Otra cosa que nos tiene que urgir es que los chilenos nos dieron una segunda oportunidad, pero no sé si nos van a dar una tercera si es que les fallamos. Por tanto, si no hacemos una buena pega en estos cuatro años, la probabilidad de que el próximo presidente sea del Frente Amplio es muy alta.
- ¿Y la UDI tiene candidato?
- Todavía no. Y ojalá que tenga muchos candidatos de manera que podamos discutir cuál es ese proyecto social que pueda hacernos empatizar y ser una mayoría más permanente.