En los últimos años Chile se ha convertido en un mercado cada vez más atractivo para las firmas de autos de lujo. Así lo evidencia la reciente llegada de Bentley y Lamborgini a suelo nacional, y lo destaca un estudio realizado por la Asociación de Marcas de Lujo (AML), que posiciona al país como líder en esta materia en América Latina.
Esto se debe, como señala el documento, a que "además de contar con estabilidad económica, una conveniente política arancelaria y una demanda activa, los representantes nacionales están realizando importantes inversiones en ampliar los showrooms, brindando experiencias integradas y de alta calidad de servicio".
Se trata de firmas que representan excelencia, calidad y diseño, preocupándose de plasmar su sello característico en cada uno de sus detalles y piezas, pero también dejando espacio a la imaginación y creatividad de sus clientes, donde cobra protagonismo la personalización de los autos. Esta última es una tendencia que ha ido al alza en los últimos cinco años en nuestro país y que promete seguir expandiéndose.
Así lo visualiza el Marketing & CRM Manager de Ferrari y Maserati Chile, Santiago Lombardi, quien cuenta que desde su llegada a Chile en 2003 a través de SKBergé, ambas firmas ofrecen el servicio de "Atelier" para configurar sus exclusivos modelos a gusto del cliente.
A partir de US$ 100 mil se puede acceder a una infinidad de colores, materiales, texturas y equipamiento de altísima calidad que permite crear vehículos únicos, los que se pueden modelar tanto a través de la web como en el showroom del Parque Automotriz SK Bergé en La Dehesa.
"En el caso de Ferrari se venden unos 20 autos al año, de los cuales un 80% se personaliza. En tanto, en Maserati vendemos entre 25 y 30 y se personaliza la mitad", indica el ejecutivo, quien señala que una vez que se definen los atributos, los modelos tardan unos cuatro meses en llegar.
A pesar de que las opciones son infinitas, las mismas marcas también ofrecen sus propias alternativas para tener un vehículo único. Ejemplo de ello es el Maserati Quattroporte de Edición Limitada, el cual cuenta con sólo 100 ejemplares diseñados en colaboración con la casa de moda Ermenegildo Zegna. Incluso, para complementar la experiencia del usuario, está última también lanzó la Owner's Collection: una refinada selección de accesorios icónicos personalizados especialmente para Maserati, entre ellos anteojos de sol, bufanda y maletas.
Tecnología y diseño
La relación entre Zegna y Maserati no es la única que involucra a autos de lujo y casas de moda. Otro caso es el de Louis Vuitton, que diseñó un juego de maletas que incluye bolsas de viaje, un maletín y una funda para trajes, todas ellas concebidas especialmente para el habitáculo del deportivo BMW i8.
Desde su matriz en La Dehesa, BMW vende en Chile un promedio de 150 autos al mes, de los cuales tres o cuatro integran elementos "Indivisual" la línea de personalización de la firma.
"Los clientes solicitan ver distintos cueros o maderas, ya que son materiales más lujosos y exclusivos, pero también hay otras opciones como colores especiales, distintos tipos de llantas, marcos y otras terminaciones", comenta el gerente de ventas de BMW La Dehesa, Mauricio Muñoz.
Indica que los clientes también pueden hacer solicitudes especiales que no se encuentren dentro de su muestra, y que la firma adicionalmente ofrece muchos opcionales tecnológicos que se pueden integrar a los vehículos, entre ellos modalidades para que se estacionen solos o avancen de manera autónoma en medio del tráfico.
"Un BMW personalizado puede costar desde un 20% más, en adelante", apunta el ejecutivo. Una vez definida la individualización del auto, el período de entrega oscila entre tres y cinco meses.
Lujo en cada detalle
La firma Rolls-Royce está en Chile con su boutique de ventas en La Dehesa desde enero de 2013, espacio donde cuenta con instalaciones especiales para que sus clientes puedan diseñar los modelos a su gusto y visualizarlos a través de un configurador virtual en una pantalla de 65 pulgadas.
De hecho, el gerente general de Rolls-Royce Motor Cars Santiago, Alejandro Richard, afirma que "la personalización es uno de los conceptos más importantes para la marca". Esto porque del total de ejemplares vendidos en el país, aproximadamente el 25% ha contado con pedidos especiales que, dependiendo de su nivel de complejidad, tardan entre cinco y ocho meses en llegar.
El nivel de exclusividad que ofrece la firma es tal, que a pesar de que cuenta con más de 44 mil tonos de pinturas disponibles, si aun así se desea otro color, se puede mandar a pedir. En tanto, todos sus cueros provienen de toros criados en altura para evitar cualquier tipo de marca que pudiera afectar su calidad, como una estría, una herida por alambrado o, incluso, una picada de mosquito.
"También ocupamos maderas nobles obtenidas de raíces de árboles que ya no existen, pues no es la idea botar un árbol vivo para esto. Utilizamos láser para hacer cortes perfectos, piezas que sean idénticas para cada auto, de las cuales guardamos algunas por si es necesario reemplazarlas en el futuro", explica Richard.
En cuanto a precios, señala que si bien es díficil hablar de un costo promedio de personalización para Rolls-Royce, una pintura especial puede costar unos US$ 10 mil, mientras que el kit de picnic para un Phantom bordea los US$ 50 mil, y un equipo de música Bespoke los US$ 20 mil.
Sin embargo, a pesar de que las opciones son muchas, los chilenos aún son muy clásicos, por lo que sus principales elecciones tienen que ver con los colores interiores y exteriores, además de la integración de otros atributos especiales, como equipos de música que pueden llegar a 1.600 watts de salida a través de 16 parlantes, o el famoso Starlight Headliner de Rolls-Royce: un cielo estrellado creado al interior del vehículo mediante lámparas led.
"De todas formas, en Chile también hemos cotizado algunas cosas especiales. Por ejemplo, un cliente preguntó por cajas fuertes dentro del auto para transportar barritas de oro de su colección personal, pero finalmente desistió", recuerda Richard, quien es optimista y cree que en algún momento los chilenos comenzarán a atreverse más y concretar estos deseos.