Reforma tributaria y necesidad de cautela
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En el marco de un discurso de cuenta pública cuyo foco estuvo en una ampliación del papel del Estado en los más diversos ámbitos, el Presidente planteó la reforma tributaria que busca impulsar su Gobierno como eje central para recaudar buena parte de los recursos fiscales adicionales necesarios para cumplir con tales objetivos.
Con todo, ha llamado la atención la premura con la que se enviaría a tramitación un proyecto de ley sobre la materia, toda vez que las señales emitidas desde el Gobierno han apuntado a buscar acuerdos en la materia a partir de diálogos con expertos, con dirigentes de gremios que agrupan a distintos sectores productivos y a emprendedores, y con representantes de la sociedad civil.
Los encuentros tributarios distan mucho de lo que se entiende como genuino diálogo, donde a partir de posiciones distintas se construye un acuerdo común.
Si bien ha habido encuentros donde las personas convocadas han podido dar su opinión sobre la materia, ello dista mucho de lo que se entiende como un genuino diálogo, en el cual a partir de posiciones distintas se va construyendo un acuerdo común. El ministro de Hacienda ha señalado que las opiniones recibidas van a formar parte del proyecto de ley que se va a presentar en el transcurso de este mes, de manera que a estas alturas solo cabe esperar el contenido final de la propuesta de reforma que va a ver la luz.
El Gobierno deberá ser especialmente cuidadoso en evitar introducir cambios tributarios que desincentiven las inversiones y el ahorro en el país, por encima de lo que ya lo está haciendo el incierto contexto actual, por cuanto ello sería un duro golpe para el debilitado crecimiento económico actual. Ello ya ocurrió durante la segunda administración de la Presidenta Bachelet, lo cual se tradujo en que la recaudación adicional obtenida fuera menos de la mitad de lo inicialmente proyectado. Y esta preocupación adquiere mayor validez si el propio Gobierno está haciendo un llamado a elevar el potencial de crecimiento de mediano y largo plazo.
Es importante aprender de las lecciones pasadas y no dejar que el voluntarismo se imponga por sobre las restricciones que surgen de la difícil realidad, ya que con ello sólo se podrá cosechar un aumento en las frustraciones.